Tras su reapertura, quienes llegan de visita al municipio de Yecapixtla vuelven a tener la oportunidad de maravillarse con la arquitectura y la belleza pictórica del Exconvento de San Juan Bautista, un edificio religioso construido por la orden de San Agustín durante el siglo XVI, considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
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Durante siete años, este exconvento, que mezcla la arquitectura renacentista con la gótica, permaneció cerrado al público, debido a los daños que causó el sismo del 19 de septiembre de 2017. En aquel entonces, el movimiento telúrico provocó grietas y fisuras en la bóveda central y los muros, daños estructurales en el rosetón de la fachada principal, el colapso y la pérdida de material en los contrafuertes, fracturas en la torre del campanario, la torre del reloj y las almenas y daños en la pintura mural interior, entre otros.
Los murales
Los murales del exconvento de Yecapixtla son, en sí mismos, un valioso patrimonio histórico ya que dan cuenta de la labor evangelizadora en esta región del continente durante el siglo XVI. Las pinturas que se encuentran en varios espacios del recinto, pero principalmente en el claustro y el templo principal, incluyen representaciones de santos, mártires y pasajes bíblicos, que se complementan con motivos decorativos que embellecen el conjunto aún más.
Vale la pena apreciar el trabajo realizado en el techo del templo principal, cuya realización debió constituir una labor titánica, debido a la altura del edificio. En el claustro, por otro lado, es posible encontrar pinturas en las que se distinguen las figuras de San Francisco, San Pedro de Verona y el Papa Gregorio. Aunque el paso del tiempo ha deteriorado las imágenes, otras han sido restauradas. Recorrer el pasillo, en el silencio matutino, es una experiencia mística que nos conecta con el pasado.
Una fortaleza
Al acertarte al exconvento, por la carretera principal, la imagen lejana de esta construcción asemeja mucho a una fortaleza, una característica que se robustece con la barda almenada que rodea el atrio. El claustro es de un solo nivel y está adornado con arcos de medio punto y bóvedas de cañón decoradas con patrones geométricos y florales. En el centro del atrio hay, además, una fuente y un reloj solar dividido en dos secciones: una que indica las horas antes del mediodía, y otra que la indica después del mediodía.