Con lágrimas, Celsa Torres recuerda que hace tres meses ella y sus familiares vieron cómo la fuerza del agua de la barranca de la colonia Tres de Mayo, en el municipio de Tlayacapan, entró a su casa y se llevó todo lo que encontró a su paso.
Pero la corriente no sólo les arrebató parte de su patrimonio, sino que además fueron testigos cómo la inundación se llevó a una familias de vecinos que vivía frente a su domicilio.
Dice que esa experiencia no los deja tranquilos aún, sobre todo a sus nietos, quienes temen volver a su casa porque recuerdan las lluvias y los daños que provocaron.
“Ha sido difícil vivir recordando esos momentos cuando mis nietos veían el agua y me decían que se iban a morir. Yo también pensé que nos íbamos a morir, pero hasta ahora nadie ha regresado a ver cómo estamos; hemos tenido que ir buscando por nuestra cuenta ayuda o limpiar nuestras casas, que aunque tengamos miedo debemos regresar”, detalla.
A tres meses de las inundaciones registradas en el pueblo mágico de Tlayacapan, que dejaron como saldo cinco personas y al menos seis casas con pérdida total, la mujer señala que hasta la fecha no han recibido ningún tipo de apoyo ni ayuda que les permita recuperar su vida.
Unas semanas después de las anegaciones se levantó un censo para conocer a detalle el número de víctimas y el costo de los daños ocasionados. Incluso se les informó que el Gobierno del Estado mandaría recursos para brindar auxilio a las familias damnificadas.
Les explicaron, según cuenta Celsa, que el monto sería de aproximadamente 38 mil pesos, pero ese dinero no ha llegado ni tampoco otro tipo de ayuda. Asimismo, los afectados han visitado en varias ocasiones a las autoridades municipales, entre ellas a la alcaldesa Carmen Pochotitla, pero la respuesta que les ha dado es tajante: a ella ya no le corresponde brindarles apoyo, sino a su sucesor.
“A quienes perdimos nuestras casas, algunas personas nos prestaron un espacio para vivir mientras nos daban una solución las autoridades, pero no hemos recibido respuesta y el tiempo ha pasado, por lo que ya nos pidieron esos lugares y ahora no nos queda más que regresar a nuestras casas que están muy dañadas y sin nada”, lamenta.
Ante esta situación, dice que con temor tendrán que regresar en próximos días a ese lugar, en donde debido a que no tienen recursos no tendrán forma de que pueda ser un espacio seguro para ellos durante el tiempo de lluvias del siguiente año.
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