Durante la época de escasez de lluvias, varias familias de los pueblos de la región de Ayala logran sostener su economía cultivando las frutas y flores que crecen de forma silvestre en campos y barrancas, como la llamada "ciruela criolla", una ciruela pequeña de sabor agrio que es utilizada para preparar salsas y que es muy común de encontrar en los mercados de la zona.
De acuerdo a Domingo Leal, ejidatario de Tecomalco en Ayala, los ejidos mantienen una política que permite a las familias cultivar estos frutos incluso si no son dueños de las parcelas donde crecen. A través de décadas, la ciruela criolla o Spondias purpura, su nombre científico, es recolectada por varias familias de los pueblos de Tecomalco, San Rafael, El Salitre y Tepehuaje de forma libre.
"Se da muy libremento, muy silvestre, en los campos que ya fueron repartidos, pero que son de uso común, así que existe la libertad de las familias que no tienen tierras, e incluso quienes sí las tenemos, de ir por ellas. Hoy son el sostén de muchas familias en los ejidos, que van por sus botes de ciruelas", explica Leal.
En cada pueblo, alrededor de cinco familias encuentran en el cultivo y venta de ciruela criolla una forma de sustento, durante esta temporada del año, cuando las tierras de la región se mantienen secas.
Además, de la Spondias purpura, otras especies silvestres que también son comestibles y son recolectadas, para después ser vendidas en los mercados como: la flor de zompantle y el guamúchil, si bien este último empezó a escasear en los terrenos de uso común.
El cambio climático y la reducción de la disponibilidad del agua en los ríos y manantiales de la zona, pone en riesgo la presencia de las especies silvestres, así como, de las familias que se dedican a su recolección y comercialización.
➡️ ¿Ya recibes las noticias en WhatsApp? ¡ES GRATIS!
Únete a nuestro canal de YouTube