Da lustre a la vida

Rosaura Hernández

  · jueves 13 de julio de 2017

ERASMO SAAVEDRA Rodríguez, pese a su discapacidad sale todos los días en busca del sustento, boleando calzado.

Con unadiscapacidad y con un promedio de 80 pesos diarios de ganancia,Erasmo Saavedra Rodríguez, de 58 años edad, trabaja lustrando loszapatos de decenas de cuautlenses en la calle Galeana del centro dela ciudad.

De este trabajo semantiene  él y suhermano, de 60 años de edad, quien también tiene algunospadecimientos físicos a causa de la edad.

Después de ocho años detrabajar "dando bola" en la banqueta de la calle, se ha convertidoen todo un personaje al que funcionarios públicos, comerciantes,abogados, transportistas  y civiles saludan adiario.

De piel morena, con algunasarrugas, don Erasmo recorre diariamente el Centro Históricoacompañado de su viejo y despintado cajón para bolear zapatos,siempre sonriente y amable con las miles de personas quediariamente pasan frente a él.

Llegó a Cuautla cuando teníaocho años de edad, al tener una mala situación económica yfamiliar, y no contar con ningún estudio, trabajó en muchosoficios; sin embargo decidió quedarse como lustrante de zapatos,pues señala que es este trabajo el que más le ha gustado. "Estose llama lustrante, no se dice boleros, porque los boleros soncanciones", explica.

A decir de él mismo, sí tienefamilia pero sus hermanos, quienes están casados, viven en EstadosUnidos de América y sólo vienen en algunas temporadas del año adarle dinero darle "para el refresco", pero en realidad no estánal pendiente de ellos. 

Recordó que su madre dejó a lossiete hijos que tuvo cuando él tenía dos o tres años de edad, supadre fue campesino y fue su madrastra quien continuamente losgolpeaba a todos, de tal forma que una día lo golpeó tanto quefue la causa del problema que  lo marcó para toda su vida, yque lo dejó con una discapacidad en ambas piernas.

Don Erasmo no recuerda la fechade su nacimiento, sin embargo asegura que nació en el año 1959, yomitió decir su lugar de nacimiento.

Actualmente, él y su hermano viven en una casaprestada en la comunidad de Tlayecac.

Entre ellos se cuidan, sólo cuentan con unagrabadora vieja y muy poca ropa, y es Francisco quien pese a tenerproblemas también en las piernas, presión alta y otras dolenciasfísicas, se queda en el hogar para hacer la comida, lavar ropa ytratar de vender algunos objetos que en ciertas ocasiones laspersonas les donan.

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