Crean biofertilizante en "El Hospital"

El proyecto es realizado por mujeres y es consecuencia de la puesta en valor del acueducto de la zona

Emmanuel Ruiz | El Sol de Cuautla

  · martes 19 de abril de 2022

El proyecto lleva el nombre de “Trapiche y cañeras, de una dulce tradición hacia un futuro agroecológico / Cortesía | AMVIAX

La puesta en valor del acueducto de la exhacienda “La Concepción”, en el poblado de El Hospital, en el municipio de Cuautla, ha derivado en la creación de un biofertilizante que será utilizado en los cultivos de caña de la zona, un proyecto impulsado por un grupo de mujeres cañeras de la localidad, con el que se busca no lograr una economía circular, sino también fomentar las buenas prácticas agrícolas.

Así lo expuso Claudia Vega, Coordinadora de Proyectos Especiales de la Asociación Mexicana de Voluntariado Internacional A.C. (AMVIAC), asociación civil que, desde 2018, coordina los trabajos de restauración y puesta en valor del monumento histórico, construido en el siglo XVI.

“El proyecto surge ya que un grupo de mujeres emprendedoras, comprometidas con el medio ambiente y sus comunidades, conocieron a un grupo de mujeres cañeras de Morelos que buscaba rescatar la práctica artesanal del trapiche. Es así como estas ideas se juntan y nace un grupo que trabaja por un mismo objetivo”, explica Claudia.

El proyecto lleva el nombre de “Trapiche y cañeras, de una dulce tradición hacia un futuro agroecológico” e incluye varias actividades. Al inicio, sus integrantes sopesaron varias probabilidades: la creación de un jardín etnobotánico, parcelas demostrativas y un restaurante, entre otros proyectos, pero al final se decantaron por la formulación de un fertilizante hecho a partir de frutas fermentadas.

“Se pica la fruta, se mete a fermentar, se sigue un proceso y se crean aminoácidos”, explica la Coordinadora de Proyectos Especiales de la AMVIAC.

Actualmente, el grupo dispone de una producción de 200 litros de biofertilizante, nombrado Biomix, al mes, y Claudia reconoce que todavía se encuentra en una fase temprana. Para llegar a este punto, el grupo tuvo que aprender no sólo la formulación, de la mano de la bióloga Verónica García, sino cimentar otras alianzas estratégicas, realizar la validación de mercado correspondiente, para saber qué tan viable sería su comercialización; y contar con otros indicadores.


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