Continúa la venta clandestina de pirotecnia

Las autoridades municipales han recibido denuncias sobre el miedo que tiene la comunidad por ser victimas de los explosivos

Angelina Albarrán | El Sol de Cuernavaca

  · lunes 4 de enero de 2021

Fotos | Angelina Albarrán

Sigue la venta clandestina de pirotecnia en Xoxocotla, reconoció el Director de Protección Civil, Ricardo Barrera Armides, quien advierte que ya se hicieron los operativos de notificación, sin embargo no han sido acatadas estas disposiciones, por lo que esperan un operativo de la Sedena.

La venta de productos pirotécnicos en los puestos que están junto a la carretera y en el centro de la población, cada vez son más evidentes reportan vecinos que externan su temor a que pueda pasar alguna desgracia, de la que aún hay dolorosas experiencias, nos dicen al denunciar expendios de tres metros en el centro de este nuevo municipio indígena.

Ricardo Barrera Armides, director de Protección Civil, advierte que ya se hicieron operativos para notificar a todos los puestos irregulares, que están incurriendo en un delito federal de violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, pero no le corresponde al gobierno municipal o protección civil decomisar los productos, eso le corresponde a la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena), quien debe llevar a cabo los operativos correspondientes.

Fotos | Angelina Albarrán

El municipio ha recibido varias denuncias, incluso de los mismos comerciantes que tienen permiso de la Sedena para vender este tipo de productos. “Exigen que se les decomise el productos, pero el municipio no lo puede hacer” por eso se les notifica del peligro que representa para sus familias y la población realizar estas ventas

Por otra parte señaló que los comerciantes que tienen permiso de Sedena para vender estos productos en los llamados tianguis, que se ubican sobre la carretera Alpuyeca a Jojutla, hicieron fuertes inversiones antes de que se pasara a semáforo rojo, y ahora también es un peligro suspender los puntos de venta ya que eso obligaría a los comerciantes a llevarse la mercancía a sus casas y convertir más de 36 viviendas en verdaderos polvorines.