En Morelos se trabaja para la conservación de 14 especies endémicas de flora y fauna, entre las que se encuentran el conejo teporingo, la carpita morelense, el cangrejito barranqueño, bromelia, y biznaga, entre otros; informó el secretario de Desarrollo Sustentable (SDS), Topiltzin Contreras Macbeth.
A lo largo casi seis años, expuso, trabajan en áreas protegidas y llevan una estrategia de conservación de 14 especies, tres de plantas y el resto de fauna. La primer especie endémica de flora que protegen es el árbol "Esenbeckia Vazquezzi", el cual llega a medir 15 metros y que fue descubierto en la reserva natural protegida El Texcal, donde ha sido conservado y reproducido gracias a un recurso que obtuvieron de Emiratos Árabes con fines de estudio.
Topiltzin Contreras informó que la segunda especie de planta es la bromelia, que se descubrió en Chalcatzingo, sobre la que apenas realizan estudios básicos. La tercer especie es una biznaga denominada "Mammillaria bipeliana", que vive en las barrancas y que estudia el maestro Álvaro Flores Castorena, para generar una estrategia para conservarla, pues incluso se hace una tesis para la distribución de las poblaciones.
Protección de especies de fauna
El titular del SDS informó que actúan para la protección del cangrejito barranqueño, pues uno de sus alumnos ya logró financiamiento para su estudios. El pasado lunes hicieron muestreos en el Parque Barranca Chapultepec y contabilizaron 100 ejemplares de cangrejito. Asimismo, se protege la carpita morelense y, recientemente, empezaron a trabajar en el estudio y conservación del axolote de Zempoala y la salamandra de Morelos, los cuales habitan en la zona de Huitzilac y de las cuales aún no existe mucha información.
Actualmente, con la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) preparan la investigación de la genética y distribución de la especie del conejo teporingo, mientras que con la El Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) trabajan en el estudio del gorrión serrano, que vive en la parte más alta de los límites de Morelos y de la Ciudad de México.
"Así hemos avanzado sobre varios estudios de las especies más importantes para Morelos, puesto que si no las conservamos nosotros, nadie las va a conservar, pero creemos que los gobiernos estatales pueden hacer mucho en la conservación", afirmó.
Además, destacó que a nivel nacional existen los planes para la conservación de especies en riesgo y más amenazadas en México, la NOM-059, pues existen como 2550, pero sólo hay planes de acción para 54. Como estado, sólo trabajan en 14 especies.
"Nosotros creemos que los estados debemos hacer más en la conservación de nuestras especies emblemáticas y hacer una estrategia que ya se promueve con Coesbio desde hace algún tiempo", puntualizó.
Desafortunadamente, el funcionario informó que el pez del balsas ya se extinguió en Morelos y los últimos registros que se tienen de esta especie fue entre los años 1984 y 1985. Por lo anterior, colaboran con un investigador de la Universidad Michoacana "San Nicolás de Hidalgo", el cual cuenta con poblaciones y la quieren traer de nuevo a Morelos, para lo cual buscan manantiales que no cuenten con peces. El pez del balsas es un pez muy pequeño que puede ser depredado de forma muy fácil.
Conejo Teporingo
Contreras Macbeth informó que esta especie habita en la zona del Nevado de Toluca y del Popocatépetl, pero las poblaciones más grandes se encuentran en la zona de Coajomulco. Destacó que proviene del zacatonal en la zona montañosa, pero el cambio de uso del suelo para la producción agrícola los afectó. Sin embargo, el investigador Antonio Guerrero realiza estudios de conducta de la población, con los cuales halló que su principal problema son los perros ferales (perros feroces, nacen en manadas conformadas por perros abandonados por los humanos en bosques).
Finalmente, Topiltzin Contreras indicó que en su momento se platicó con el área de Medio Ambiente en la Ciudad de México para que de forma conjunta promuevan una campaña para el control de los perros y gatos ferales, a fin de frenarlos, ya que son un peligro para la biodiversidad.