Al filo de la medianoche del martes, la Banda de Tlayacapan hizo cantar a los presentes con las mañanitas que entonó por la celebración de la Virgen de Guadalupe, en la iglesia de El Calvario.
Como cada año desde temprano decenas de familias rindieron tributo a la patrona de México, algunos le obsequiaron rosas rojas, como las que recogió Juan Diego en el Tepeyac, otros se hincaron y le rezaron y otros, de plano, fueron para tomarse la foto con la morenita, como se le dice de cariño.
Poco a poco fueron llegando más devotos de la Guadalupana en cuyos pies colocaron coronas y arreglos florales. Antes de la banda de Tlayacapan, un grupo de mariachis junto con los presentes articularon a una sola voz “amor eterno”.
Las voces se unieron cuando se escuchó la estrofa “tú eres la tristeza de mis ojos que lloran en silencio por tu amor, me miro en el espejo y veo en mi rostro el tiempo que he sufrido por tu adiós…” y así continuó, incluso pudieron bailar.