Desde niña el respeto y la distribución igualitaria de las tareas del hogar fueron una forma natural de vivir para la doctora Ana Isabel Burguete García, actualmente una de las investigadoras más reconocidas en el ámbito estatal en materia de salud pública e inmunología; comparte que a ella no le tocó lidiar con el machismo dentro de su núcleo familiar pues fue su padre quien cooperaba con su madre en las responsabilidades, las cuales replica en todos los ámbitos en los que le ha tocado vivir.
Se graduó como médica en la Universidad Autónoma de Guadalajara, cursó una especialidad en Inmunología Clínica, luego una maestría y un doctorado en Epidemiología del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), desde donde es investigadora; también forma parte del Comité Municipal de Cuernavaca contra la Covid-19, haciendo importantes aportes para el manejo y mitigación de la pandemia desde hace ya 12 meses.
Participó en publicaciones científicas de carácter nacional en materia de medicina genómica, cáncer cervicouterino, diabetes, hepatitis, síndrome metabólico y enfermedad cardiovascular, entre otros, los cuales le llenan de orgullo, pues el camino no ha sido fácil más no imposible para una mujer que se describe a sí mismo como la que siempre avanza.
“Soy una mujer que me he esforzado siempre por salir adelante ante cualquier obstáculo, busco siempre la manera que cualquier desavenencia como limitante, sino que la vida es un reto en el que debemos esforzarnos día a día, pero siempre ser empático, resilientes y solidarios con todos y todas las que nos rodean”.
Ella recuerda que la equidad de género la conoció desde pequeña, junto a su padre y madre que designaban responsabilidades por igual.
“Me considero una mujer privilegiada, en el seno familiar en el que yo crecí mis padres fueron personas con mucha resiliencia y respeto hacia todas las personas, crecí en una familia en donde la equidad era muy importante y a ese privilegio me refiero, no conocí lo que es lidiar con el machismo tan marcado en el mundo en ese momento”.
Fueron las familias al exterior con las que le tocó convivir las que le hicieron pensar en que de adulta rompería con estereotipos marcados para las mujeres, con más independencia y libertad que la que en ese momento se les limitaban.
“Fuera de mi familia la situación fue distinta, hubo muchos estereotipos que yo misma tuve que romper para ir ganando espacios, ganando libertades, a mí todavía me tocó la época que para solicitar un trabajo te pedían una prueba de embarazo o firmar que no te ibas a embarazar cuando estudiaba la especialidad, y eso finalmente es un tipo de agresión y falta de equidad; no toman en cuenta las capacidades y la preparación”.
Al impartir clases Burguete García, se asume como difusora de la equidad de género y cero violencia ante los y las alumnas a las que le ha tocado enseñar, ese es uno de los aportes que reconoce de sí misma hacia un camino menos sinuoso para las mujeres en la academia.
“Se puede ser mujer, madre y profesionista, no es una limitante sino un reto, todas las mujeres, tenemos el poderío para lograrlo, hace falta mucho, pero se han ganado batallas que representan tan solo el principio de un mundo patriarcal”.
La pandemia la considera como punta de lanza para que las mujeres tengan mayores espacios en la toma de decisiones al dar resultados “sustanciales” para el manejo de esta, promoviendo las mejores prácticas y los mejores gobiernos.
“A nivel mundial ha quedado constancia de esta gestión audaz y eficaz de las mujeres, ejemplo: Alemania, Nueva Zelanda y Finlandia, las tres lideradas por mujeres que han dado los mejores resultados en la batalla contra la Covid-19”.