En el pueblo de Ocotepec ubicado al norte de Cuernavaca, este día 31 de octubre la comunidad tiene como tradición esperar a sus difuntos niños que fallecieron durante el año.
En esta ocasión la familia Rivas Rendón espera a Chuchito Lagunas Rivas, un pequeño que falleció a la edad de 7 años por una enfermedad.
Con alegría pero al mismo tiempo tristeza, su familia lo recibe con los brazos abiertos, pues se tiene la creencia que su alma está de regreso con ellos.
A las 12 del día la ofrenda debe estar colocada y en ésta se figura el cuerpo presente del difunto, simulado con pan y fruta la cual se cubre con una manta color blanco y encima se pone ropa nueva para el pequeño.
En la parte de abajo en un petate se pone la fruta y demás ofrenda que la familia y amigos obsequian cómo una forma de aprecio y respeto al finado.
Cabe señalar que cuando se trata de una ofrenda para niños, se ponen juguetes y dulces, pues son los elementos que un niño disfruta en su infancia.
El principal elemento de la ofrenda es el agua, sal y el camino hecho con flor de cempasúchil, pues este es la guía del difunto para que pueda llegar a su ofrenda.
En la entrada se acostumbra a poner un arco con flores amarillas y con el nombre a quien esperan.
Esta tradición ha colocado al pueblo de Ocotepec como patrimonio cultural de la humanidad en el 2014.