Con más de 40 petrograbados y dos pirámides que admirar, la zona arqueológica de Chalcatzingo, ubicada en el municipio de Jantetelco, al oriente del estado, es una de las favoritas de visitantes propios y ajenos, como lo demuestran las estadísticas que ofrece el Sistema Institucional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En números, este antiguo asentamiento olmeca recibió en enero dos mil 677 visitas, por detrás de Xochicalco con museo de sitio, que recibió cinco mil 908 visitantes en el mismo periodo. En tercer lugar está Teopanzolco, con 383 visitantes.
Quien ha visitado Chalcatzingo sabe que después de la primera vez hay más, pues una sola visita no bastaría para conocer a detalle sus más de 40 piezas prehispánicas, entre bajorrelieves, estelas y altares asociaciones a la arquitectura temprana.
Una de las piezas que más llaman la atención es “El Rey” o “El dador de agua”, ubicado en una de las laderas del llamado Cerro Chalcatzingo, y que se presenta como una recompensa para quienes se aventuran a avanzar sobre un sendero inclinado, tal como pasa en El Tepozteco.
Actualmente, la zona arqueológica de Chalcatzingo permanece abierta al público de lunes a domingo en un horario de las 9:00 a las 18:00 horas.
Durante los fines de semana, el espacio cobra gran vida gracias a las decenas de visitantes que llegan de todas partes, tanto de otros municipios del estado como de otras entidades.
De acuerdo con el INAH, el estilo olmeca que prevalece en Chalcatzingo tiene dos vertientes: es producto de una difusión por la expansión territorial de la zona nuclear olmeca en la Costa del Golfo, mientras que por otro lado se trata de un estilo generalizado en la época a partir de las redes comerciales establecidas entre los asentamientos del preclásico medio, entre los años 1200 a 540 a.C.
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