Poco antes de 8:00 horas del domingo, fieles de la Diócesis de Cuernavaca se reunieron en los alrededores de la Catedral para instalar los puestos de antojitos mexicanos y postres, adornados con papel picado de diferentes colores, dentro de la kermés en honor a la solemnidad de la Asunción de María, la cual se celebrará el miércoles 15 de agosto.
A esa hora, los asistentes comenzaron a formarse en el banco para pagar y adquirir sus boletos de canje para comida o agua. Algunos se encontraban allí, como parte de la visita obligada a este monumento histórico de Cuernavaca, mientras que para otros formaba parte de su rutina dominical, la cual es asistir a misa, ya sea en compañía de su familia, con su pareja o amigos. El evento logró una convivencia de sano esparcimiento, además de que estuvo abrigada por un día lluvioso y con neblina.
Alrededor de las 10:00 horas, entre la lluvia y el frío, la afluencia aumentó desde bebés en carriolas, niños muy abrigados, jóvenes que iban con sus padres y hermanos, parejas y personas adultas en sillas de ruedas se encontraban presentes en este evento tan importante para la iglesia de la ciudad, en especial al ser patrona titular la Asunción de María. Asimismo, como parte de esta kermés, niñas y niños pedían dinero a los asistentes para comprarse comida, lo cual es parte de la tradición.
Después disfrutar la variedad de antojitos, los cuales iban desde tamales, atole, pozole, quesadillas hasta tacos al pastor y aguas frescas de distintos sabores, los fieles pararon un poco este tipo de convivencia para asistir a la misa de medio día, presidida por el obispo Ramón Castro Castro, donde presentó al nuevo vicario general de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, quien fue recibido entre aplausos, sonrisas y la expectativa de la gran labor que ejercerá.
La fiesta continuó, a la par, de las misas, por lo que concluyó a las 20:00 horas con una gran asistencia, que demuestra el éxito de esta gran celebración a la Asunción de la Santísima Virgen María.
Este tipo de eventos tiene la finalidad de festejar a algún santo, a través de la convivencia familiar, el acercamiento a la iglesia y, a la par, de recabar fondos económicos, ya sea para construcciones o mantenimientos de las parroquias. La kermés llega a hacer una tradición dentro de las localidades donde los pobladores participan vendiendo comida o apoyando en la organización, siendo un acontecimiento masivo, en el cual se ofrece alimentos, bebidas, bailes y espectáculos musicales, con la colaboración de los mismos integrantes de la iglesia o de la comunidad.
Para la maestra Martha Cecilia Aranda, la kermés le pareció un buen momento para compartir y conocer un poco más de la Catedral, además de que puede ayudar a su reparación. “Ayuda a la iglesia, pero también la gente se reúne, convive y es una oportunidad para acercarse a Dios; además de es un lujo estar en el patio de la Catedral”, expresó.
Por su parte, Elvira Jiménez, visitante de Ciudad de México, expresó que aunque las personas puedan no ser muy apegadas a la iglesia, la kermés sirve para conocerla y tal vez lograr esa cercanía. “Ayuda a que la gente conviva, y que quienes pasean, conozcan la Catedral. Al final, se sabe que los fondos son usados para mejorarla”, comentó.