Hace 41 años, El Sol de Cuernavaca no sólo dio pauta al periodismo imparcial, verídico y cercano a la gente en Morelos, sino que también abrió las puertas a uno de los fotógrafos más queridos y reconocidos en la entidad, tanto por su profesionalismo como por su nobleza y gran compañerismo.
Con el proyecto en mente de crear El Sol de Morelos, Luis Gutiérrez, primer director; Ricardo del Valle, jefe de Redacción, y Mario Ceballos, jefe de información, llegaron en 1978 a la ciudad de la Eterna de Primavera, instalando unas oficinas provisionales en el entonces hotel Casino de La Selva.
El 27 de abril de 1978 llegó el primer ejemplar del periódico El Sol de Cuernavaca, el cual debió cambiar su nombre de Morelos a Cuernavaca ante la competencia que existía, proveniente de la Ciudad de México, antes Distrito Federal.
De este modo, comenzó a posicionarse en la entidad desde el primer momento, ampliando su línea de personal y cambiando hasta de oficinas desde Madero número 220 en calle Laurel, Ricardo Linares número 8 frente a un conocido restaurante y arribando con rotativa y talleres a calle Galeana #125 en el Centro Histórico de Cuernavaca, las cuales fueron inauguradas por el gobernador Lauro Ortega.
Uno de los colaboradores que destacan es Froylán Trujillo Hernández, quien desde antes de los 15 años había comenzado su vida en los medios de comunicación, sin importar su corta edad y poca experiencia se fue ganando un espacio, siendo uno de los fundadores de este periódico que forma parte de la Organización Editorial Mexicana, la agencia periodística más grande de América Latina.
Antes de continuar con el relato de los hechos que acontecen de manera cotidiana en Cuernavaca a través del lente, cuenta que en 1978, al pertenecer desde los ocho años a la distribuidora de periódicos y revistas, llegaron Luis Gutiérrez, Ricardo del Valle y Mario Cevallos para conocer un poco más sobre la distribución a nivel local; además buscaban gente que conociera el estado para que los guiará por la ciudad, fue así como escogieron a Froylán Trujillo, quien tenía entonces 14 años.
Comenzó a salir con el fotógrafo Carlos Macías como su asistente, cargándole hasta la mochila y recorriendo las calles de la capital del estado, donde en aquel entonces había más cerros que casas, mientras que su hermana era asistente de secretaria de la empresa.
Los fotógrafos provenientes de la Ciudad de México fueron sus mentores al explicarle paso por paso cómo tomar buenas fotos, empezando a practicar en los partidos del Zacatepec, durante su apogeo, posteriormente, el material que habían tomado lo dejaba diariamente en la capital del país al periódico "Esto".
Al transcurrir los años, Trujillo Hernández pasó como reportero gráfico por sociales, publicidad y el oficial desde cubrir las giras de las esposas de los gobernadores hasta llegar a cubrir los eventos de los mandatarios estatales sin dejar de lado su gran amor y anhelo por formar parte de la noticia, "desde los ocho años yo vendía periódico por las noches y de ahí yo decía "un día estaré acá", me llamó la atención y la foto fue sobre la marcha al ver que te metías hasta el campo a tomar fotos a los jugadores. Hoy me sigue gustando porque es algo donde no terminas de aprender".