Cada sábado, los patios de la antigua estación del ferrocarril interoceánico de Cuautla se llenan de vida con las actividades que realizan los niños y adolescentes del grupo 22 de los Scouts de México "Tequihuas". No hay celulares, tabletas ni ningún otro dispositivo móvil, porque son distractores. Tal como hace 35 años, cuando el grupo fue fundado, sus miembros preservan el respeto y la solidaridad a la antigua, con actividades lúdicas en las que todos son iguales.
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"Lo que busca el movimiento scout es lo mejor del ser humano. El programa está pensado para que se refuercen los valores que se enseñan en casa y el conocimiento que se adquiere en la escuela. A través del juego y de dinámicas, los niños fan reforzando todos estos valores", explica Pedro García Calvo, jefe del grupo, quien hoy es un adulto y hace tres décadas fue un niño scout.
En el complicado escenario de seguridad que enfrenta Cuautla, García destaca la importancia de preservar un grupo en el que se han formado profesionales y ciudadanos responsables, respetuosos de la naturaleza. Fundado en 1988 por los hermanos Alvaradejo, quienes crecieron como niños scouts, el grupo está integrado actualmente por unas 60 personas, entre niños y adultos que, a diferencia de otros grupos, no pagan una cuota para participar en este.
"A los más pequeños buscamos alejarlos un poquito de las redes sociales, del celular, de la tableta, con el fin de que vuelvan a ser niños que juegan entre ellos, que tengan ese contacto humano, porque, si no, se pierden cada vez más y esto va generando situaciones como las que en ocasiones vemos", dice, refiriéndose a aquellos jóvenes que terminan en las manos de la delincuencia.
El grupo se reúne cada sábado de las 10:00 a las 12:00 horas y para que un niño o niña se integre solo se necesita que tanto sus padres como él o ella estén de acuerdo.
"Cualquier niño o niña puede participar, siempre y cuando sus papás también quieran y sea de manera voluntaria".
El origen de los Boy Scouts
El origen de los Boy Scouts se remonta a 1907, cuando Lord Robert Baden-Powell, un militar británico, estableció las bases en un campamento experimental en la isla de Brownsea. Preocupado por el desarrollo integral de los jóvenes, Baden-Powell se inspiró en su propia experiencia militar para diseñar un programa educativo centrado en actividades al aire libre, habilidades prácticas y valores morales.
El movimiento creció muy rápido y se extendió por todo el mundo, adoptando como bandera principios universales como la amistad, el servicio a la comunidad y el desarrollo personal.
"Por ejemplo, nosotros decimos que cuando vamos a un lugar, debemos dejarlo mejor que como lo encontramos", concluye Pedro.