Barbazul, el mejor club nocturno para disfrutar en Cuernavaca, esa era la referencia por excelencia conocida hasta hace algunos años dentro y fuera de la Ciudad de la Eterna Primavera. Pero, ¿qué hacía tan especial a este lugar?, ¿el ambiente?, ¿la música?, ¿las personalidades que congregaba?
Cuernavaca siempre se distinguió por ofrecer espacios no sólo para un descanso placentero, sino una vida nocturna llena de alegría y color, y uno de esos sitios que desde el año 1978 y quizá hasta el 2002 que fue un referente dentro y fuera de Morelos, sin duda lo era Barbazul.
Era visita obligada para quienes llegaban a Cuernavaca desde la Ciudad de México, pero principalmente para los habitantes de la capital morelense, y es que no había quien no quisiera estar en ese espacio un día miércoles, donde se reunían estudiantes norteamericanos que venían a la Ciudad de la Eterna Primavera a aprender español.
En mi búsqueda por conocer más acerca de este enigmático lugar encontré a Cristian Vázquez, que laboró en Barbazul durante siete años. Apenas iniciábamos la plática cuando su voz cambió de matices y se llenó de alegría al hablar de aquella época.
Lo primero que confirmó fue que en Barbazul se encontraba a toda la sociedad de Cuernavaca: “Ahí todos se conocían y sabían quiénes eran, porque se encontraban ahí cada miércoles o fin de semana”.
Recordó que desde que él laboraba en Barbazul en la puerta del lugar siempre estaba Javier, mejor conocido como “Joi”, quien también conocía a todos lo que llegaban a la calle Prado, de la colonia San Jerónimo.
A las 22:00 horas el Barbazul abría sus puertas. Por dentro, el espacio era bastante amplio que incluso podía albergar a cientos de jóvenes en la misma noche sin ningún problema. Había árboles y palmeras, luces, música disco y mucho color en el espacio. Era la conjugación perfecta para pasarla bien. Los bármanes del lugar también robaban las miradas de los visitantes con malabares de botellas y así lograban cautivar a los presentes desde cualquier ángulo donde se encontraran.
Cristian recordó que en “los miércoles de extranjeras” las bebidas más solicitadas eran las margaritas: “Las pedían al por mayor, era una bebida que les gustaba mucho y estaba de moda”.
Barbazul era el punto de encuentro de artistas de la época, quienes también se daban una escapada a Cuernavaca para disfrutar de uno de los mejores clubs nocturnos del momento. Juan Gabriel estuvo sentado en Barbazul, el actor Sergio Goyri, el grupo Locomía e incluso Lola Beltrán, una asidua visitante.
Cristian contó que en Barbazul se grabó una escena de alguna de las películas que protagonizaron Yuri y Omar Fierro, en la que se les ve en una disco disfrutando de la noche. Aquella es la Cuernavaca que hoy muchos añoran, en la que cientos de jóvenes podían divertirse hasta la madrugada, salir de Barbazul y aún hacer un alto para comer un hot dog en un carrito que encontraban afuera, después abordaban un taxi o incluso había quienes “hasta caminando llegaban de regreso a sus casas”.
“No había peligro de nada en aquel entonces, era un tiempo en el que todos salían a divertirse y después regresaban a sus casas. Al siguiente fin de semana los volvíamos a encontrar en Barbazul”, relató Cristian con nostalgia.
-¿Extrañas esa época?
“Claro que sí, era totalmente diferente a lo que pasa ahora, podías salir no sólo a Barbazul, podías ir cualquier discoteca a la hora que fuera y no te pasaba nada. Se extraña esa tranquilidad que había en Cuernavaca, era súper difícil que alguien te quisiera asaltar a diferencia de ahora que a cualquiera se le puede dar la gana de traer una pistola”, comentó.
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