Creado en el año 1974, el balneario El Almeal se ha convertido en uno de los más queridos por la población morelense, pero sobre todo por los cuautlenses.
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Además de sus características aguas frías, este sitio ha sido la sede de muchos eventos culturales, deportivos, sociales y políticos. Por si fuera poco, El Almeal es sinónimo de recuerdos, pues los "viejos de Cuautla" recuerdan que aquí pasaron muy lindos recuerdos en su infancia y juventud.
Inaugurado en mayo de 1974, el balneario fue creado con aportaciones del Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (Fonafe) en el periodo del entonces presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez.
Manantial El Almeal
“Lugar donde nace el agua” es el significado en náhuatl de El Almeal, nombre que a la fecha se puede comprobar, pues al caminar en sus mas de 500 metros cuadrados se observan con facilidad los nacimientos de agua.
Las aguas de El Almeal nacen en un manantial proveniente de las faldas del volcán Popocatépetl, por ello la frialdad de éstas durante todo el año, además de ser utilizadas para la recreación acuática y para el riego de ejidos como Cuautla, Ayala y Tepalcingo.
Dónde se ubica El Almeal
El Almeal se ubica en la calle Virginia Hernández de la colonia Emiliano Zapata, por lo que se encuentra muy cerca del primer cuadro del municipio.
En la actualidad es uno de los balnearios mas importantes de la región, pues tiene albercas olímpicas, albercas de agua corrediza, chapoteaderos, grandes áreas verdes, venta de comida, estacionamiento, regaderas, cambiadores, palapas, área infantil, nacimientos de agua y servicios médicos.
“Antes no era como lo vemos ahorita, sí había grandes nacimientos de agua pero estaban de forma rustica, de forma completamente natural, lo único que había era tierra, piedras, árboles y algunos animales. Los tiempos eran diferentes y ahí muchos de los que ya somos viejos jugábamos con nuestros amigos en el agua, entre las piedras y tirándonos de los árboles pasamos muy buenos momentos, el agua se podía tomar directamente, no se cobraba la entrada. un lugar muy hermoso”, dijo el señor José.
“Yo ahí aprendí a nadar, recuerdo que mi padre me llevaba para que me enseñara a nadar y juntos nos metíamos al agua para que poco a poco yo aprendiera, los más jóvenes iban con sus novias pero todo en un ambiente tan sano, familiar, qué tiempos aquellos”, narró Federico.