Cerca de las ocho de la mañana, las enfermeras de los Servicios de Salud de Morelos (SSM), llegan al punto de reunión localizado en el interior del Centro de Salud de Tlaltenango para abastecerse de biológicos o vacunas que aplicarán durante el día en su jornada laboral; comienzan a sacar de los refrigeradores los congelantes con los cuales mantendrán a temperatura adecuada las dosis.
Ana Gabriela Morales, una de las brigadistas con formación en Licenciatura en Enfermería, platica que a diferencia de otras campañas en donde acudía a las escuelas, empresas o cuando visitaban casa por casa, se instalaron en puntos estratégicos como supermercados, delegaciones, ayudantías, zócalos y centros de salud, debido a la contingencia sanitaria que impera en el país.
“Primero llegamos, revisamos las congeladoras, sacamos los congelantes y checamos la temperatura, los ponemos a sudar de 10 a 15 minutos, mientras vamos sacando nuestro material para saber a qué punto acudiremos, arreglamos jeringas, torundas, comprobantes, papelería, esto mientras nuestros congelantes sudan”.
Las ocho brigadas que salen de este punto están distribuidas en parejas, por lo que una se encarga de cargar la hielera con las vacunas y la otra de hacer el llenado de los formatos, para tener un control de cuántas y a quiénes se aplican las dosis. “Ahorita no estamos acudiendo casa por casa, sino que instalamos puestos semifijos, buscamos un área con sombra para no afectar la temperatura de los biológicos, y ahí esperamos a la gente a que vaya a vacunar”.
La campaña estará vigente hasta el tres abril en el caso de la dosis de Sabin; para el resto, como son las vacunas contra la influenza y la Triple Viral, se aplican de manera permanente en los 204 Centro de salud localizados en la entidad. Una vez transcurridos los 15 minutos, las enfermeras secan con tela los congelantes y los colocan en la hielera, de forma que cubran las paredes de la misma.
“Se limpian bien porque están sudados, se coloca una base en la hielera y dos laterales, tenemos que checar que ensamblen bien porque de lo contrario no cierra, posteriormente colocamos la canastilla en donde va el biológico y una tapa de congelante, colocamos un termómetro para ver que se encuentre en buenas condiciones y esperamos otros 15 minutos para meter el biológico”, explica a detalle Oyuki Torres, integrante de la brigada.
Después de alrededor de media hora, comienzan a colocar sus dosis dentro de la canastilla “algunas dosis son virales y otras bacterianas, en el caso de la vacuna de la polio se aplican dos gotitas vía oral, otras son más profundas desde intramuscular, subcutánea o intradérmica, dependiendo el biológico es la técnica”, detalla con una sonrisa tímida pero sincera.
Antes de salir a campo, Oyuki ya tiene claro que “ya no vamos a perder más tiempo en el contacto con la gente, así como van llegando se censan, se aplica la dosis y automáticamente se pueden retirar a sus casas para que no se tengan mucho contacto con la gente”.
A cuenta gotas llega la gente a los módulos que se han instalado en supermercados como Soriana Tejalpa, en la delegación de Jiutepec, el Campanario; el Chedraui de Emiliano Zapata, el Centro de Salud ubicado en el Zócalo del mismo municipio, en la colonia Tres de Mayo.
“Por la contingencia ha llegado poca gente pero esperamos que con el apoyo de los medios de comunicación la gente acuda, antes íbamos a las escuelas en donde nuestro público cautivo era del 50 por ciento”.
El horario de los módulos es de 9 de la mañana a 2 de la tarde; se prevé que el sábado el horario se extienda hasta las 4 de la tarde ya que será un Día Nacional de Salud.
Junto a sus compañeras Oyuki y Ana Gabriela salen antes de las 9 de la mañana en la Urban que las trasladará hasta el punto asignado, con un adiós y una carcajada de nervios ellas se despiden con la esperanza de alcanzar la meta programada.
