A casi siete meses del 19S, los pobladores de Itzamatitlán, en Yautepec, aún viven las consecuencias del terremoto en sus hogares, se formaron veneros en sus patios; aunque el agua ya no brota en las mismas cantidades, en algunos casos el suelo siempre está húmedo, lo que genera preocupación de las viviendas hechas con adobe, cuyos cimientos podrían debilitarse.
Días después del terremoto, vecinos reportaron la aparición de fuentes en sus terrenos, algo que resultó sorprendente no sólo para ellos, sino para el resto de la gente.
En su momento, las autoridades señalaron que el fenómeno podría estar relacionado con el movimiento de los canales de agua subterráneos, lo que inició una serie de investigaciones.
Sin embargo, a la fecha, en la privada El Chirimoyo, donde ocurrió todo, siguen sin saber qué pasó; "no nos han dicho, y lo que nos preocupa es que empiece a llover y la humedad crezca", expresó Marlene Acosta Martínez, una de las afectadas.
En su patio, es posible ver el grado de humedad que muestra la tierra a pesar de que no es época de lluvias. Al fondo, se ha creado un almacén de agua en la tierra, alimentado únicamente por el líquido que se filtra desde el subsuelo.
En otro caso, los propietarios de una de las viviendas optaron por entubar el agua que aún nace del venero para evitar que se encharque. A pesar de los inconvenientes, la gente destacó que desde aquella fecha no ha sido necesario regar sus jardines, debido a que la humedad no ha desaparecido desde el sismo.
