La especialista en audiología y otoneurología, Cecilia Dardayrol Montesinos, del Hospital del Niño y el Adolescente Morelense, reportó un aumento en las consultas en menores que refieren problemas auditivos, mismos que aún cuando en un inicio podrían ser asintomáticos, se agravarán en una etapa adulta llegando incluso a la sordera; esto podría ser generado por el aumento de audífonos para tomar las clases virtuales o por entretenimiento.
Un sólo zumbido puede ser una manifestación de problemas auditivos, más allá de algún otro síntoma, dijo la especialista al responder que la prolongada exposición de un menor a los audífonos puede traer graves secuelas irreversibles en una etapa temprana de la vida.
“No llevamos un porcentaje, pero puedo decir que las consultas por afectaciones auditivas en niños de 8 a 18 años de edad se han visto incrementadas por día, estamos recibiendo dos por semana, lo que antes no se tenía; un problema auditivo no presenta síntomas, puede sólo manifestarse con un zumbido que pocas veces se detecta”.
Un menor o cualquier persona no puede estar expuesta al uso de audífonos más de 90 minutos al día, sobre todo si estos se introducen en el canal auditivo lo que ocasiona daños irreversibles.
“Los padres de familia deben acercarse a los niños y jóvenes cuando estén escuchando sus audífonos, si se alcanza a escuchar aunque sea lo mínimo significa que el sonido está muy fuerte y debe bajarle”.
Los audífonos de copa son los más recomendables, añadió la especialista, por lo que lo mejor es escuchar los aparatos electrónicos en altavoz o usar audífonos que no se introduzcan en los canales del oído puesto que entre más pequeños sean más daños habrán.
Los daños en las células auditivas son irreversibles e incurables, advirtió; “científicamente en el mundo no existe un medicamento, ni tomado ni aplicado al oído que pueda revertir la afectación; al contrario el uso de medicamentos milagro o naturistas pueden agravar el problema”.
Esta situación podría disminuir la edad en que la que una persona comienza a tener problemas que oscila entre los 45 y 50 años de edad.