Aunque los descendientes de Emiliano Zapata y el Museo del Palacio de Bellas Artes llegaron a un acuerdo para que la polémica pintura "La Revolución" permaneciera en la exposición "Emiliano: Zapata después de Zapata", el artista plástico Emmanuel Espín considera que el enfrentamiento que causó la imagen sexualizada del Caudillo del Sur, obra de Fabián Cháirez, pudo haberse evitado
"No ofende la sexual de su personaje central, sino la mala técnica de la obra y que se muestre en Bellas Artes una obra que, según ha declarado su propio autor, no representa a Emiliano", afirma el pintor de origen morelense y cuya obra pictórica se encuentra en colecciones de países como Bruselas, Marruecos, Francia y España.
La opinión de Espín va a contracorriente del grueso de los comentarios que ha suscitado la imagen del revolucionario desnudo en un caballo en otros artistas mexicanos, mayormente a favor del pintor chiapaneco.
"Las confrontaciones que ahí se dieron se pudieron evitar con un poco de prudencia y un mínimo de inteligencia. ¿Quién se beneficia de la confrontación directa entre campesinos y los colectivos de la diversidad sexual de nuestro país? ¿En qué lugar del mundo se les rinde homenaje a los héroes nacionales reinventándoles su historia? Es absurdo por donde lo mires: si la muestra se trata de un homenaje me parece un gran despropósito", opina el artista de 36 años.
Espín consideró que para hablar de la figura de Zapata y el legado que su lucha ha transmitido a través del tiempo era necesario recordar a personajes como Rubén Jaramillo y movimientos como el del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
"Las luchas que hoy mismo muchos pueblos de México están librando contra el gobierno y los intereses extranjeros que atentan contra sus libertades y territorios, y que enarbolan sus causas con el ideal zapatista. Zapata cuidó su imagen y sus discursos, fue un hombre valiente y sabio", manifestó.