En las manos de Margarita Valdepeña, una botella de cerveza puede convertirse en una lámpara y las semillas de la jacaranda adquieren la forma de aretes. Esta morelense ha dedicado los últimos años a rescatar residuos y convertirlos en piezas decorativas, así como a enseñarle a otras personas a hacerlo.
"Son materiales muy accesibles para todos", explica Margarita.
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Margarita es una de las artesanas que forman parte de la iniciativa del Mercadito Verde en el municipio de Cuautla. Cada mes, decenas de productores de hortalizas orgánicas, comerciantes y artesanos se despliegan en la antigua estación del ferrocarril interoceánico para ofrecer sus productos. En su caso, no sólo aspira a obtener ganancias con sus piezas decorativas, sino también mostrarle a otras personas las bondades del reciclaje artístico:
"Yo trabajo por lo regular con el adulto mayor, y tengo varios talleres para niños y adultos. Me ha tocado trabajar con perdonar con demencia y les sirve mucho", explica la artesana.
Pero el factor también es importante, especialmente al considerar que cada una de estas piezas tiene un costo que va de los 100 a los 300 pesos.
Además de las botellas de vidrio y las semillas, Margarita también interviene comales de barro, ilustrándolos con paisajes. Utilizando servilletas para darles volumen, plasma imágenes que convierten sus comales en pinturas para decorar paredes.