La cetrería es la interacción biológica entre el hombre y un ave de caza para capturar especies en aire o tierra. En Morelos varias personas la practican, principalmente, en Cuernavaca, Tepalcingo y Cuautla.
Entrenar y cazar con aves rapaces requiere dinero, tiempo y disciplina. Las especies más utilizadas para esta actividad son halcones, azores, aguilillas, entre otras.
Jorge Campos Gallardo practica la cetrería desde el año 2004, y destaca lo importante que es informarse sobre la actividad antes de decidir adquirir un ave de este tipo, ya que por su naturaleza se requieren permisos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) así como de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), a fin de que la tenencia sea legal y no se considere tráfico de especies.
Para tener certeza, se recomienda comprarla en un criadero certificado, en una edad de dos meses para empezar a entrenarla.
Eso sí, se debe considerar que la práctica de la cetrería es costosa, ya que el precio de un ave oscila entre los 20 a 45 mil pesos; a la par el precio del hábitat y los cuidados que se le deberán brindar de por vida: un ave de este tipo en cautiverio puede llegar a vivir hasta 30 años.
Existen halconeras de dos metros de alto por ocho metros de largo que se pueden construir para que los animales vivan dignamente, no obstante depende de la especie y del número de animales. El sitio debe tener lugar para el descanso, sitio para reproducción, entre otros.
Un ave de este tipo puede comer ratones, conejos o codornices, pero su alimentación debe de ser sumamente cuidadosa y supervisada por especialistas.
ENTRENAMIENTO
A través de la cetrería se puede lograr una convivencia sana con este tipo de aves, sin embargo el proceso no es rápido pues para que el ave pueda "entender" lo que el dueño quiere que haga se requiere de un año o año y medio de aprendizaje. Todo se basa en la constancia y la práctica que se tenga.
Las aves se entrenan con base en el reflejo condicionado, es decir premios (alimento), con la práctica aprenden a pararse en el guante, salir a vuelo, cazar y regresar cuando son requeridas.
La cetrería se convierte en un estilo de vida para quienes la practican, pues el cuidar y convivir con un animal de este tipo es una acción permanente, para las aves no hay descansos o días festivos, por lo que los cuidados, entrenamientos y convivencia deben de ser permanentes.