En medio del movimiento que atraviesa Morelos en temas de seguridad, debido a la conformación de grupos de vigilancia comunitaria en varios municipios de la región Oriente, una de las localidades que se caracteriza por el nivel de autonomía y resistencia al Gobierno ha preferido mantenerse al margen.
Se trata de Amilcingo, un pueblo de Temoac regido por usos y costumbres, donde hace tiempo los habitantes conformaron guardias comunitarias para preservar su seguridad sin el uso de armas, algo que, según refiere la población, no cambiará.
"Nosotros estamos al tanto de la organización de los pueblos. Nosotros tenemos rondas comunitarias. Siempre ha sido sin armas", refirió Jorge Velázquez, habitante de la comunidad y vocero de los movimientos de protesta que se han emprendido durante los últimos años en esta región de Morelos.
A través de las rondas comunitarias, los habitantes se han organizado para realizar recorridos durante el día y la noche, con la participación de adultos y jóvenes, para proteger a la población de la delincuencia.
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