Usado milenariamente como terapia para la desintoxicación, el temazcal permanece arraigado en la comunidad de Amilcingo, en Temoac, donde una brigada de medicina tradicional se ha dado a la tarea de mantenerlo vivo durante las próximas generaciones.
Del náhuatl temazcalli que significa: “casa donde se suda”, el temazcal es un baño de vapor empleado en la medicina tradicional, usado por diversidad culturas de Mesoamérica y Norteamérica con propósitos curativos, particularmente de desintoxicación por sudoración a través de infusiones de hierbas.
Al límite de la zona urbana de la región Oriente, los pobladores de Amilcingo se dieron a la tarea de traer de vuelta el uso de temazcales al percatarse de que las familias habían empezado a destruir los que tenían en casa; “hay gente que tiró sus temazcales, pero nosotros queremos retomar esa tradición”, explicó Liliana Velázquez, integrante de la brigada comunitaria Salud en las manos del pueblo.
Regida por usos y costumbres, la comunidad de Amilcingo cuenta con un temazcal público cada fin de semana, al que llegan los habitantes que buscan desintoxicarse corporalmente e, incluso, emocionalmente; “los beneficios son muchos como estar tranquilo, relajado y ayudar a la persona emocionalmente”, explicó.