El río Cuautla, que atraviesa el corazón de Morelos, enfrenta una amenaza persistente debido a la contaminación y, con él, las especies endémicas que han hecho de este río su hogar durante siglos. Entre esas especies destaca la carpita morelense (Notropis boucardi), que era muy común de ver antes, pero ahora está a punto de desaparecer, al grado de que en los últimos años solo se han avistado uno o dos ejemplares.
"En nuestros muestreos de calidad de agua que realizamos junto con la Coalición Ambiental y Cultural de Cuautla A.C., hemos encontrado uno o dos ejemplares de la carpita morelense y de un puecílido, ambas especies enlistadas en la NOM059", afirma Karla Rivera, bióloga encargada de la Unidad de Manejo Ambiental del Parque Emiliano Zapata, donde se preservan más de 70 ejemplares de la tortuga casquito.
Rivera, quien ha dedicado gran parte de su vida a la conservación de estas tortugas, considera viable emprender proyectos de rescate y conservación, similares a los que ha liderado con la tortuga casquito.
"Si hemos podido establecer una UMA para las tortugas, estoy segura de que podemos hacer algo similar para estas especies de peces", expresó con determinación.
La propuesta no es tan compleja como podría parecer. Según la bióloga, el principal reto radica en contar con un espacio adecuado, las ganas de hacerlo y un objetivo claro.
"No estamos hablando de hectáreas de terreno. Con dos o tres peceras en un espacio adecuado, podemos comenzar un programa de reproducción y, posteriormente, reintroducir estos peces al río una vez que las condiciones sean favorables", detalla Rivera.
Las implicaciones de tal proyecto van más allá de salvar a un par de especies de peces. Representa un paso significativo hacia la rehabilitación y conservación de todo un ecosistema que ha sido afectado por la actividad humana.
"Cada especie tiene su papel en el ecosistema, y su pérdida afecta a toda la cadena alimentaria", insiste Karla Rivera.
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