La alfarería es una tradición que pasa de generación en generación en Tlayacapan. Dicho arte es la acción de elaborar objetos de barro cocido; sin embargo, en el municipio es el sustento económico de cientos de familias y uno de los logros que más destacan a nivel mundial.
Juan Carlos Altamirano Nopaltitla, alfarero de Tlayacapan, estudió la carrera técnica de cerámica de alta temperatura en Toluca, actualmente se dedica a la alfarería, tradición que ha pasado por tres generaciones en su familia, misma que enseña a sus hijos para seguir desarrollándola.
Su taller lleva por nombre "Artesanías Altamirano" y se ubica en la calle 5 de febrero, de la comunidad de Tezcalapa. Por 25 años se ha dedicado a la elaboración de cazuelas, platos, ánforas, artículos decorativos y demás objetos de barro.
En el pueblo mágico la alfarería es una de las fuentes de empleo mas importantes al ser una actividad milenaria, pues se ha encontrado que las civilizaciones prehispánicas ya daban cuenta de esta actividad.
Cientos y cientos de objetos de barro de Tlayacapan han recorrido México entero, así como otros países de del mundo, destacando por su calidad y diseño, poniendo el nombre de Morelos y México en alto.
Los alfareros de Tlayacapan han logrado desarrollar diversas técnicas como la de bincelado, forjado, molde en hongo y otras técnicas que se siguen aplicando en la comunidad.
Altamirano Nopaltitla explicó que son varias fases las que se realizan para producir un objeto de barro, la primera y una de las más importantes es la recolección del producto, pues para producir sus objetos ellos ocupan arcilla y flor de tule. La arcilla la recolectan en los meses de abril y mayo para almacenarla durante todo el año e ir agarrando arcilla conforme la van necesitando, existen dos cerros en el municipio donde los alfareros van con pico y pala a rascar para obtener la arcilla, la flor de tule también es característica de ciertas comunidades del municipio.
Ya con la materia prima y luego de “limpiarla y definirla”, el segundo paso es el amasado de la misma para pasar al tercer paso, que es la elaboración de la pieza. En Tlayacapan aún ocupan los tornos tradicionales de pie o tornos alfareros; con las manos en la parte superior, realizan una pieza mientras con el pie derecho giran una especie de rueda para que el molino se mueva y así puedan hacerla.
Si se requiere, a la pieza se le agrega otras partes decorativas, como asas para las tazas o cualquier otra pieza pequeña de barro que se tenga que agregar.
El quinto paso es el secado de la pieza y este puede tardar desde más de dos a tres días; el sexto paso es el pulido de la pieza para pasar de ahí a la primera quema, la cual se hace en hornos de barro, mismos que superan los 750 grados centígrados.
Luego de la quema se pasa al esmaltado y vidriado de la pieza para que queden “brillosas” y puedan ser utilizadas sin son artículos de cocina; el último paso será la decoración a mano.
Señala que para poder aprender este trabajo se necesita de mucha práctica y paciencia, pues para producir una pieza se necesitan en promedio siete días.
La pandemia y su impacto en artesanos
Como a muchos otros sectores productores, la pandemia generada por Covid- 19 afectó de manera grave a los alfareros; sin embargo, Altamirano Nopaltitla indicó que la venta de arcilla preparada fue una opción que encontraron para poder seguir adelante.
“Nosotros seguíamos trabajando en nuestros talleres, en nuestras casas, a puerta cerrada hacíamos pedidos en específico que nuestros clientes nos solicitaban; sin embargo, muchas personas comenzaron a pedirnos arcilla preparada, esto para que en sus casas ellos con sus familias pudieran entretenerse elaborando algún objeto, ya sea con algún molde o producto de su imaginación, el kilo de arcilla nosotros lo vendíamos entre 12 a 15 pesos y fue la arcilla lo que durante todo este tipo de pandemia nos logró sacar adelante”.
A decir del entrevistado, su producto más vendido en Tlayacapan son los cantaritos de barro, pues durante todo el año ellos surten varios pedidos que van desde 200 hasta más de 500 piezas de cantaritos. Esto más todos los que se vende de manera local.
Suscríbete a nuestro canal de YouTube