Ante el aviso que lanzó esta semana el ayuntamiento de Jantetelco, reiterando la prohibición de comercializar cigarros electrónicos como parte de la llamada “ley antitabaco”, ciudadanos del municipio se quejaron por otro fenómeno local que consideran contaminante: la quema de llantas de automóvil en las alfarerías.
Durante las últimas cuatro décadas, la comunidad de Amayuca destaca por la producción de piezas de alfarería (una de sus principales fuentes económicas) con alrededor de 40 talleres existentes, los cuales siguen incurriendo en la quema de neumáticos para hacer arder sus hornos.
“Es una práctica en la que incurren porque es la más económica para ellos. Existen hornos que trabajan con otra clase de hidrocarburos, como el gas LP, pero no es una medida redituable, por lo tanto continúan utilizando combustibles vegetales, como leña, carbón y, en el peor de los casos, queman llantas. Ambas situaciones son contaminantes y perjudiciales para los seres humanos”, expuso Alexis Domínguez Castillo, titular de la Dirección de Salud del ayuntamiento.
Al quemar llantas, los talleres desprenden humo negro que se compone de monóxido y dióxido de carbono, dióxido de azufre y otros metales pesados, considerados como contaminantes orgánicos permanentes y clorocarbonados que deterioran la capa de ozono.
Durante la actual administración, las autoridades locales exhortaron a los artesanos a buscar otra alternativa. No obstante, el funcionario no descartó implementar medidas más estrictas en conjunto con la Dirección de Ecología y de Licencias y Reglamentos.
“En ocasiones, aunque no se quiera, se tienen que tomar medidas adicionales, porque no hay opción para que la gente pueda ir cambiando esas prácticas que traemos arrastrando desde hace mucho tiempo”, dijo Domínguez Castillo.
Con cerca de 400 personas trabajando diariamente en los talleres, las piezas que se producen en Amayuca (principalmente sus macetas) dominan el mercado de la región.
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