Desde hace 10 años, la Antropología Social ha llevado a la doctora, Alejandra Ramírez ha trabajar en comunidades indígenas, hecho estudios en la ciudad y en últimos años, con población afrodescendiente, sobre todo, con jóvenes afrodescendientes con el fin de conocer cuáles son sus condiciones de vida en México y los efectos del racismo entre este sector de la sociedad.
Por azares del destino, Alejandra Ramírez decidió dedicar su vida a ésta disciplina científica; en un primer momento tenía planeado estudiar Letras-Literatura pero al cursa la materia de Antropología se enamoró por completo de ella, por el hecho de intentar comprender como viven las otras personas que son distintas a uno. Le impactó el concepto de alteridad, que implica hay una gran diferencia entre los seres humanos, entender esto, afirmó, le cambio la vida y desde ese momento decidió que quería ser antropóloga social.
“Para mí es una pasión, se ha vuelto mi vida, pienso que soy como una investigadora pero además de ser una investigadora, ser antropóloga me ha hecho ser más humana, me ha hecho poder entender a las personas y sobre todo a mí misma, entender al otro me ha ayudado y ayuda a entenderme a mí”.
A lo largo de estos 10 años, el objetivo de la investigación de Alejandra Ramírez con la población afrodescendiente ha variado, al principio, explicó, le interesaba conocer cuáles eran las condiciones de vida de los jóvenes afrodescendientes que vivían en la costa chica de Guerrero y de Oaxaca, principalmente de Oaxaca, pero con el tiempo fue modificándose y al final determinó incluir también temas relacionados al racismo.
Fue así como al estar estudiando el doctorado decidió realizar una estancia de investigación en la Universidad de Brasilia en el departamento de Estudios Latinoamericanos, debido a que al hacer trabajo de campo, –acción propia de los antropólogos-, descubrió que los jóvenes constantemente hablaban de experiencias racistas que habían tenido en su trayectoria juvenil, por lo cual que se volvió su propósito conocer cuáles eran los efectos de dicho racismo, presentando sus estudios en Congresos y ponencias.
La doctora señaló que hoy en día, en México, existen grandes diferencias hacia las personas afrodescendientes en comparación con otros países, como en Colombia donde son considerados ya una etnia y existe un movimiento étnico político para ese reconocimiento, mientras que México es algo que apenas esta en desarrollo.
“Las personas afrodescendientes están haciendo fuertes movimientos por su reconocimiento y digamos que esto es muy importante porque hay un grupo fuerte de mujeres afrodescendientes que están pelando por su derecho al reconomiento de la diferencia y por poner sobre la mesa cosas muy puntuales como la racialización que evidentemente si hacen que su experiencia de ser mujer sea muy distinta a la de otras mujeres mexicanas, el hecho de ser afro y ser mexicana ya marca una experiencia muy propia”.
A decir de Alejandra Ramírez, la Antropología Social le ha abierto muchas puertas para explorar diversas cosas desde viajar, conocer otros lugares dentro y fuera del país hasta la docencia, que es una de sus grandes pasiones, “siempre he pensado que hacer investigación no tiene mucho sentido si no hay a quien le transmitamos aquellas cosas que hemos aprendido o investigado y reaprendido a través de las investigaciones que hacemos, si pienso que es fundamental compartirlas”.
Otra de las grandes pasiones de la doctora, Alejandra Ramírez, es ser madre, lo cual, manifestó, le ha enseñado muchísimas cosas sobre la vida, las infancias y sobre sí misma, en su desarrollo como persona en otro ámbito fuera del profesional.
Además de ser una reconocida antropóloga social, Alejandra Ramírez es instructora de entrenamiento funcional y yoga pero desde una perspectiva de body positive, “es mi segunda pasión, el tiempo que no estoy haciendo Antropología me dedico a entrenar y a compartir energía con otras mujeres, es un proyecto muy bonito que tengo ahorita de vida”.