El investigador del Instituto de Biotecnología (IBT) de la UNAM y secretario de la mesa directiva de la Academia de Ciencias de Morelos (AcMor), Alejandro Sánchez Flores, opinó que los módulos de pruebas rápidas de Cuernavaca y Cuautla, podrían ser un gran foco de infección sino se tienen los protocolos adecuados en el manejo de la movilidad de quienes resulten positivas a Covid-19.
En el traslado de su casa al módulo y del módulo a su casa, una persona positiva podría pasar más de una hora teniendo contacto indiscriminado con ciudadanos que toman la misma ruta o con el conductor del taxi al que se suben, por lo que esta situación podría traer como consecuencia una red de contagios que no podrán rastrearse.
“Yo no he visto un plan integral de esto en Morelos ni en México, no se cuál sea la finalidad de tener estas pruebas rápidas, si sea 1) para tranquilizar a la gente o 2) con un fin epidemiológico. Son dos cosas diferentes, el hecho de que a la gente le digan tiene Covid es informativo, pero lo que hagan con esa información es lo más importante. Se tiene que hacer un rastreo epidemiológico y prueba confirmatorias que sean moleculares para las personas con las que se haya tenido contacto. Hay que buscarlos, hacerles el test de síntomas y confinarlos”.
Trazar el modo en que la población se está contagiando es muy importante, sobre todo para rastrear a los asintomáticos, que representan un mayor riesgo hacia otros.
“Sería mejor con estas pruebas estar buscando a los asintomáticos, pero esto conlleva todo un plan de rastreo en donde cachas a estos positivos, les preguntas con quiénes tuvieron contacto, hace cuánto, si tienen síntomas, hasta que finalmente estas pruebas abonen a que la gente tenga un confinamiento voluntario e informado”.
El hecho de colocarlos en un lugar con mayor movilidad implica un alto riesgo para quienes están en contacto con los positivos.
“Implican un alto riesgo, puede ser muy grande porque al final de cuentas vamos a generar una serie de contactos que serán imposibles de rastrear; supongamos que una persona que usa al menos un transporte público y va a hacerse la prueba y tiene que regresar en ese mismo transporte, se traslada entre media hora y una hora, que es el tiempo suficiente de contagio”.
Con las pruebas rápidas se debe acompañar un rastreo por medio de encuestas, “lo ideal es hacerlas en personas que ya tuvieron síntomas y estuvieron confinados, y sino se mantuvieron confinadas hacerla después de que hayan pasado los síntomas, de unos 10 a 15 días para que entonces vayan en una fase en donde ya no son contagiosos pero que vayan a confirmar si tuvieron, y a su vez reportar con quienes tuvieron contacto”.