En el marco del día internacional contra la minería a cielo abierto, el domingo 22 de julio, la arqueóloga e investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Morelos, Silvia Garza Tarazona, recordó que desde hace cinco años está en constante lucha para que la minería termine en el país, en especial las minas a tajo abierto, ya que ocasionan una gran contaminación ambiental que acaba con todas las especies de flora y fauna en México, además provoca afectaciones graves en la salud, no sólo de los mineros sino también de los habitantes aledaños a las minas.

A corto plazo, el polvo tóxico integrado por metales pesados se impregna en las mucosas y la piel, lo que provoca:

• Irritación en los ojos
  
• Conjuntivitis
  
• Comezón inusual
  
• Enfermedades graves en la piel
  

A largo plazo afecta los riñones, hígado y pulmones, y aumenta los abortos, tumores y malformaciones congénitas, los tóxicos pueden incapacitar para siempre o incluso llegar a matar, mientras que los trabajadores están expuestos a mayores riesgos por su cercanía a los tóxicos, el polvo y el ruido.

Indicó que igualmente representa una sobreexplotación a los recursos naturales en México, así como a los derechos de los campesinos, pues no son bien recompensados por sus tierras, ya que los ejidatarios son quienes reciben los recursos y el Gobierno federal vende a cinco pesos con 80 centavos cada hectárea al año a Canadá.

"¿Cinco pesos con 80 centavos les alcanza para comer un año? imposible. Claro que eso es mucho dinero si tenemos que la tercera parte del territorio está concesionada a la minería y para el Gobierno eso es mucho dinero, pero no para la gente afectada", señaló.

Enfatizó que las minas son definidas como contaminación, sobre todo la minería a tajo abierto, aunque antiguamente la minería era un túnel que generaba problemas para los mineros, ahora son unos socavones y hoyos gigantes, donde para sacar el máximo de oro necesitan lavarlo en veneno y con frecuencia se rompen los tanques, lo que contamina los ríos. En el caso de Morelos, en Xochicalco, la contaminación puede presentarse no sólo en la entidad, sino también en estados como Guerrero y Michoacán, a través del río Amacuzac, Balsas y hasta el mar.

Recordó que para el proyecto de la mina de Huautla, donde ejecutan excavaciones al cerro del Jumil, ubicado dentro de las hectáreas de la zona arqueológica y manejada por la empresa Canadiense Alamos Gold (antes Esperanza Silver), piden el agua de la laguna de Coatetelco y de Cuernavaca, pero la obra podría generar enfermedades peligrosas entre los ciudadanos, puesto que los vientos provenientes de Xochicalco llegan a la capital.

Asimismo, mencionó que los mineros son personas astutas al enfrentar a los mismos pobladores para olvidarse de este gran problema, como sucede en la entidad tras pelearse con los habitantes de Tetlama, quienes se encuentran satisfechos porque les pagan sus tierras sin hacer nada; "les lavan el coco diciéndoles que nos les va a pasar nada, al contrario les van a hacer el hoyo en su tierra y cuando se los regresen lo habrán cubierto pero todo contaminado".

Ante ello, la arqueóloga exigió a los nuevos gobernantes no hacer más minas y que cierren las que actualmente están trabajando; "no permitir que venga a hacer más minas. Aparentemente le dan dinero al Gobierno, el Gobierno recibe divisas extranjeras muy importantes, sí pero a qué precio. No es posible que un señor se siente en pilas de oro a cambio de la destrucción de nuestra tierra y gente", declaró.

El domingo 22 de julio se efectuará la segunda Caravana por la vida y en defensa del territorio organizada por al Asamblea Permanente de los Pueblos de Morelos y el Movimiento morelense contra las concesiones de minería a tajo abierto por metales, la cual demanda la cancelación inmediata de todas las concesiones mineras.

La cita será a las 8:00 horas en el Zócalo de Cuernavaca para recorrer las principales calles de las diversas comunidades en Morelos hasta llegar a Cuentepec.