Aunque forman parte de la población de riesgo, hay adultos mayores que simplemente no pueden quedarse en casa y hacer cuarentena: cada cierto tiempo deben ir a farmacias, clínicas y hospitales a abastecerse de los medicamentos con los que hacen frente a enfermedades crónicas como la diabetes e hipertensión, especialmente cuando no cuentan con el apoyo de un familiar.
Desde hace dos semanas, la clínica Rafael Barba Ocampo del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), en el municipio de Cuautla, implementó varios filtros en sus instalaciones, para que los adultos mayores no entren a las áreas clínicas pero sí puedan acudir a recoger sus medicamentos.
De acuerdo con la dirección de la clínica, a cargo de César Cedillo, los pacientes mayores también tiene la opción de quedarse en casa y enviar a un familiar por el medicamento, una medida que podría resultar muy importante ante el problema de salud que enfrenta no sólo México, sino el mundo entero.
Por ahora, la clínica que atiende a los trabajadores del Estado en la región Oriente ha advertido sobre la suspensión de citas de especialidades hasta nuevo aviso. Además, desde el pasado 23 de marzo las citas presenciales de medicina familiar se otorgan desde la reja que se encuentra en el acceso principal.
Acceso restringido y generalizado
No sólo la clínica Rafael Barba Ocampo ha restringido el acceso a sus pacientes como una medida para evitar posibles contagios de Covid-19. En el área de urgencias del Hospital General de Cuautla, el personal también ha limitado el ingreso únicamente a un acompañante por usuario, de manera que se pueda garantizar la "sana distancia" entre una persona y otra. Además, han dejado de permitir el ingreso de niños o adultos mayores que no requieran atención médica.
La enfermedad afecta más la salud de las personas mayores y las que padecen afecciones médicas preexistentes, como hipertensión arterial, enfermedades cardíacas o diabetes, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud