Después de conseguir que el mundo pusiera los ojos en La Casa de Papel frente al competitivo panorama del entretenimiento, sus productores Esther Martínez y Alex Pina, vivieron el éxito de la serie desde “nuestra pequeña oficina en un pueblito al lado de Madrid”, describe Martínez.
Aún en medio de la euforia mundial, los productores se presentan completamente reinventados y arriesgados con El Embarcadero un “thriller emocional”, en el que los preceptos morales del bien y el mal en torno al amor, son atravesados por los sentimientos genuinos de los personajes.
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“Queríamos hacer algo totalmente diferente a La Casa de Papel, algo a campo abierto, con un medio natural, sin la claustrofobia de La casa y probarnos en un thriller romántico en algo que no tenía nada que ver con la anterior”, explica Pina en conferencia telefónica.
El reto fue grande, pues según Esther, lo primero en que pensaron al hacer esta serie fue “que en esta no haya pistolas”, quedando así como materia prima: las emociones de los personaje, cuestión que dificultó la realización de la trama pues, “no cabía para levantar el capítulo como cuando había una bomba, tenían que ser los propios personajes y era muy complicado cambiar la manera de pensar”, relata la productora.
A primera vista la historia se presenta sencilla: una trama más de víctimas y traición al encontrarse la esposa y la amante después del suicidio de un hombre que les mintió a las dos. Sin embargo, lo que buscaban los productores era justamente lo contrario.
“La serie es el viaje de una mujer que una vez que ha muerto el marido encuentra una nueva dimensión emocional afectiva precisamente donde nunca se puede buscar que es con la amante del marido”, expone Alex.
“Nos interesaba contar una historia de amor, normalmente este tipo de historias suelen penalizar una parte, a la amante, al marido por mentiroso, o bien a la mujer por echar al hombre de su lado. Nuestro objetivo era que el espectador sintiera que los sentimientos eran verdaderos y que las emociones eran lícitas, contar una historia de amor de tres personas y no focalizarnos en pretensiones”, comenta Esther.
Esta inquietud, es algo que han querido explotar desde la serie anterior, para exponer los claroscuros de los personajes y dar una visión más amplia y realista de las relaciones humanas.
“Mezclar el bien y el mal, una de las intenciones que tenemos es obligar al espectador a preguntarse qué es lo que está bien y donde está bien y si es necesario este maniqueísmo al que nos han enseñado mucha de la ficción norteamericana. Estamos en un momento más rico en términos emocionales y en términos de ficción queremos hacer que todos los matices y personajes tengan muchas más capas” comenta Pina.
Y una de las razones por las que explican ha sido necesario cambiar las tramas y los géneros de sus producciones, es que desde el punto de vista de Alex. “El espectador es un experto, ve muchísimas horas de ficción que si las dedicara a estudiar un idioma sabrían ruso y chino. En ese sentido es un experto, hoy en día el espectador quiere escuchar cosas nuevas porque se ha hinchado de ver ficción previsible”.
Esther se sorprende un poco al darse cuenta de que el mercado del entretenimiento latino ha tomado todos los micrófonos y pantallas tanto en el ámbito musical como audiovisual.
Alex le atañe dicho éxito al hecho de que “llevamos muchísimos años de ficción anglosajona, que es una manera de entender el mundo y la ficción latinoamericana es más emocional más poderosa en termino de sentimiento, la pasión es mayor”.
“Yo creo que lo que le llama la atención al público latino es que se reconoce en la manera de sentir en las pasiones”, añade Esther en cuanto al éxito en países latinoamericanos.
Desde el punto de vista de la productora, la serie también surge de una manera reivindicativa en relación al papel de las mujeres en los protagónicos, al ser una serie centrada en la forma femenina de sentir, así como de la inteligencia emocional, sin tener que atribuirles cargos masculinos a las mujeres para que tomen una importancia protagónica.
Sin embargo, quiere enfatizar que la serie no se limita a un público femenino puesto que al ya haber sido presentada en España, han recibido muchos cumplidos por parte de hombres.
El Embarcadero, “fue una serie escrita mucho desde las entrañas y poco desde el cerebro, está hecha para sentir”, dice Esther.
En esta ocasión Irene Arcos probará su primer protagónico con Verónica, la amante de Óscar, quien será interpretado por Álvaro Morte, conocido por su papel de El Profe en La Casa de Papel, mientras que la esposa Alejandra, es interpretada por Verónica Sánchez.
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