Club de cuervos llegará a su fin este viernes con el estreno de su cuarta temporada. Para los actores, su legado no se limita sólo a ser la primera producción mexicana para la plataforma de streaming, sino también una punta de lanza para el resto del mundo.
“Esta serie no solo fue la primera en español, sino fue la primera que Netflix hizo fuera de EUA en el mundo. Entonces era un experimento bien ambicioso que pudo haber salió muy mal. Pero ahora se están haciendo 35 series en países de todo el mundo. Y Club de cuervos fue el pionero de esto”, explica Luis Gerardo Méndez, que durante las cuatro temporadas dio vida a Chava Iglesias.
Se despide Club de Cuervos de la televisión
Para el actor, la buena acogida que Club de Cuervos tuvo en nuestro país se debió a que la serie “habla de México, de cómo somos, de cómo es la corrupción, de cómo fue crecer en este mundo gobernado por dos televisoras y como eso se ha ido cayendo poco a poco”.
“En ese sentido creo que estos dos personajes (Chava e Isabel Iglesias) hablan de cómo es el mexicano. Estos hermanos se la pasan en principio tirándose mierda y cuando uno sube otro lo jala. Pero en esta última temporada estos personajes se dan cuenta que para vencer estos problemas la única forma de salir adelante es haciendo equipo con el otro”, explica.
El éxito de Club de Cuervos no se quedó exclusivamente en México o Latinoamérica, sino que logró rebasar fronteras geográficas o idiomáticas en países de Europa o Medio Oriente. Mariana Treviño, quien encarnó a Isabel Iglesias, consideró que esto sucedió por una “serie de cosas afortunadas”.
“Los guiones, el ojo crítico y con gran sentido del humor de Gary Alazraki, de los escritores, de la estructura. Además de sacarlo de un pueblo chico; toda la idiosincrasia de un pueblo chico llevada a la grandeza de los millonarios hizo que la gente se sintiera identificada”, dijo.
Treviño destaca que si hubo algo que hiciera especial a Club de Cuervos durante cuatro años era la pertinencia de sus historias. “Cada temporada ha tocado temas contemporáneos. Como que se refleja en la serie lo que está pasando en el momento real”, dice la actriz.
Los temas contemporáneos cuestiones políticas como las elecciones o la corrupción en la industria del futbol en México, lo que les trajo el aplauso del público y la crítica pero también en rechazo de algunos clubes deportivos.
“Cuando hicimos la primera temporada todos los equipos de futbol y todos los jugadores querían salir en la serie. La hicimos y cuando salió y todos la vieron ya nadie nos contestaba el teléfono para la segunda temporada; incluso nos quitaron locaciones porque, claro, estábamos hablando del lado oscuro del futbol”, recuerda Méndez.
Sin embargo esto quedó atrás para las entregas siguientes: “la vuelta de tuerca es que para esta cuarta temporada otra vez estaban ahí. Porque te das cuenta que en principio hemos estado en un país censurado por años”, agrega.
A pesar de que la serie tocó estas fibras, Treviño destaca que fue un acierto realizarlo a través de la comedia y la ficción, “porque para eso sirve: hacer conciencia de quiénes somos para reconocernos ahí y tener más empatía con lo que somos y con quién vivimos”, dijo.
