¿Quién no ha disfrutado de una tarde en Romen’s, ya sea con nuestros amigos, con nuestra familia o en una cita romántica? Las heladerías y cafeterías de Romen’s se han convertido en uno de esos sitios que pasan a formar parte del imaginario colectivo de los cuautlenses. Pero, aunque hoy se trata de un proyecto exitoso, para Heidi Rodríguez, una de las mentes detrás de este concepto, las cosas no han sido sencillas, especialmente durante la pandemia.
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Durante la contingencia sanitaria por Covid-19, un periodo que generó restricciones definitivas para el sector restaurantero, muchos establecimientos se vieron forzados a cerrar sus puertas de forma definitiva. La sucursal de Romen’s que se ubicaba frente a los patios de la antigua estación del ferrocarril interoceánico, en el Centro Histórico de la ciudad, fue uno de esos negocios.
“Por cuestiones de la pandemia ha sido un trayecto difícil, porque nos cerraron el servicio en piso y eso nos afectó demasiado: la cuestión del personal, que nosotros no queríamos recortar, fue mucho, muy difícil. Desafortunadamente tuvimos que cerrar esa sucursal, porque ya no generaba. Eran más los gastos que el ingreso”, recuerda Heidi, ante una de las mesas de lo que hoy es Casita Romen’s, un nuevo concepto surgido meses después, que para ella y los suyos representó un nuevo inicio.
El origen
La Heladería y cafetería Romen’s es el sueño de Heidi y su esposo, quienes, hace 11 años, decidieron emprender un negocio de helados. Los helados han sido siempre la especialidad de una empresa que hoy opera a través de cuatro sucursales, todas ellas en Cuautla, cuyos sabores no sólo han conquistado el paladar de la gente de la región, sino incluso de quienes llegan a probarlos durante sus visitas desde otras partes del país.
“Sigo esperando una sucursal en CDMX, sólo una vez los probé y estoy enamorada de sus helados”, les escribió recientemente una persona a través de sus redes sociales. Desde luego, llegar a este punto no ha sido sencillo.
“Al inicio, es como todo, muy difícil. Apoyados siempre de créditos, las autoridades también han sido pieza clave, porque nos han permitido seguir adelante. Poco a poco, ha sido ir echándole ganas, viendo qué es lo que más le gusta y satisface al cliente, y así poder ampliar nuestra carta. Empezamos vendiendo solamente paletas y helados, y poco a poco incursionamos a todo lo que es bebidas, comidas y snacks, y aquí andamos”, nos cuenta Heidi.
Heidi no es la clase de jefa que se limita a dar órdenes desde una silla. En el día a día, la familia se integra al personal para preparar las bebidas y alimentos de la mejor forma posible, con presentaciones que ya valen la pena nada más verlas, yendo de un sitio a otro hasta que todos los clientes se sientan satisfechos. Con el tiempo, sus hijos también se han integrado como parte del personal.
“Es un negocio familiar. Básicamente iniciamos mi esposo y yo, pero hoy en día ya están mis hijos laborando también con nosotros. La idea siempre fue de dar un servicio a la comunidad, un lugar donde pudiera estar la familia, reunirse la gente, en un ambiente sano, porque no vendemos nada de alcohol. Tratamos de dar un ambiente sano y siempre dando la mejor calidad y servicio”.
La unión, la mejor vacuna contra la pandemia
En los momentos difícil, el equipo detrás de “Heladería y cafetería Romen’s” demostró aquel viejo dicho que dice que la unión hace la fuerza. Cuando todo se detuvo para el establecimiento cuyas puertas hubo que cerrar, el entusiasmo impulsó la segunda oportunidad de aquel proyecto, que en “Casita Romen’s” ha encontrado, ubicado sobre la calle Virginia Hernández, ha encontrado un espacio cálido para los clientes.
“La verdad fue volver a empezar, pero siempre con toda la actitud. No fue fácil, porque había que solventar una flotilla de 25 trabajadores con una entrada muy baja, pero hoy en día la situación ya se está componiendo. No deja de ser una incertidumbre, porque de repente sí están muy tranquilas las cosas, pero ahí vamos”.
Hoy es un buen día. Las mesas del patio están llenas y los clientes siguen llegando. Al fondo, Miguel Ángel Barreto, un joven cantante de Zacualpan de Amilpas, ameniza el momento interpretando canciones de José José, mientras los jóvenes siguen atendiendo a la gente. En su mayoría, el personal no rebasa los 25 años de edad.
“Les damos apertura a todos los jóvenes. La verdad tenemos muchísimos estudiantes y muchos chicos que están iniciando. Aquí los capacitamos y les brindamos las herramientas. Como yo les digo, aquí no vienen a ser solo trabajadores, sino que forman parte de una familia y así los hacemos sentir. Tratamos de cobijarlos”.
"Los mejores helados"
Muchos lo afirman sin duda: los mejores helados se venden en Romen’s. De alguna forma, estos alimentos congelados son el ingrediente que une a las cuatro sucursales, sin diferencias en su sabor. Esto es así porque todos son preparados en la fábrica de Romen’s, lugar desde el cual son distribuidos a cada uno de los establecimientos.
“Hemos hecho una fusión de helados en todo: desde crepas con helado, cocteles de fruta con helados. En todo. Pero también tenemos bebidas, snacks, alitas, hamburguesas, papas a la francesa, crepas, waffles. Nuestra carta es muy extensa, pero sobre todo siempre tratamos de dar la mayor calidad en todos nuestros productos, y todo es completamente natural, no metemos cosas artificiales, ni esencias, ni nada. Siempre cosas naturales”, afirma Heidi.
Y en esta época del año, “Casita Romen’s” tiene algo más ofrecer: a poco tiempo de la Navidad, el espacio ha sido adornado con luces y figuras para la ocasión, convirtiéndose en una pequeña villa iluminada que se presta muy bien para tomarse fotos del recuerdo, tan así que algunos de los visitantes ya lo hacen.
“Queremos que permanezca el espíritu navideño. Que vengan a tomarse la foto en nuestra pequeña villa navideña”, invita Heidi.