Daniel Salgado y su hermano emprendieron un sueño en 2013 que duró solo ocho años debido a la falta de seguridad, apoyo gubernamental y mejora en imagen urbana del Centro de Cuernavaca, pues este lunes declararon definitivamente cerrada la pizzería que juntos formaron.
El concepto era totalmente italiano y por eso llevaba el de “Rioni, pizzería Napolitana”, de Nápoles, una de las regiones más pobladas del sur de Italia que se distingue por ese estilo de pizza. Todo para ofrecerle al público un concepto diferente en el corazón de la eterna primavera.
“El negocio ya no tenía la afluencia que se requería para mantenerlo a flote, entonces se llevó a la decisión de cerrarlo, debido a que no vimos un repunte de ventas desde que inició la pandemia y las condiciones de la pandemia que hacen que la gente no venga al Centro, simplemente no lo permitieron”.
Pero esta condición fue la gota que derramó el vaso, pues Daniel consideró que la zona comercial de bulevar Benito Juárez, donde se encontraba Rioni, se fue deteriorando desde hace aproximadamente cinco años, por varios factores.
“La pandemia acabó de matar al negocio, pero ha tenido un claro declive desde el 2016 y eso es consecuencia de qué hay menos turismo, de que no se mantienen las calles que son un asco; no hay alumbrado, está en pésimas condiciones la calle. La gente tiene miedo de venir porque ve el lugar oscuro y solo”.
Para Daniel el bulevar Benito Juárez es la principal “puerta de entrada” al zócalo de la Ciudad y en su opinión debería “ser un lugar brillante donde hubiera cafeterías, restaurantes, tiendas de buena calidad, gente caminando y pasando un buen rato”.
El lastre de las autoridades
Rioni no volverá abrir al menos en el corto plazo pues después de analizar la situación en toda la Ciudad, el joven empresario y su hermano decidieron que ni cambiándolo de lugar podría salir adelante bajos esas tres condiciones; inseguridad, falta de apoyo y pandemia.
“Las autoridades no solo no hacen nada, sino más bien son un lastre, por ejemplo, con cosas tan sencillas como la banqueta, les pides que la arreglen y no lo hacen por falta de presupuesto; ofreces hacerlo tu como empresario y no te dejan. En vez de apoyarte como negocio te quieren exprimir como cochinito con inspecciones”.
Dijo que hace algunos esa zona estuvo llena de negocios, pero ya solo sobrevive la Fontana Pizza y los Vikingos sin que las autoridades promuevan realmente la reactivación económica.
En una de las cortinas del negocio se encuentra ya un número telefónico en donde se ofrece en renta este pequeño espacio que deleitó muchos paladares al estilo italiano durante alcuni giorni (muchos días).
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