Restaurantes tradicionales de Cuernavaca, como Los Vikingos, registran una afluencia importante de clientes, pero las estrictas medidas sanitarias que les impiden trabajar al cien por ciento hacen que los comensales tengan que hacer fila para conseguir una mesa ante la obligada sana distancia.

Los restauranteros han señalado que esperan un incremento significativo en este Día del Amor y la Amistad que, aunque no será una recuperación importante, si les permitirá seguir manteniendo sus negocios y la plantilla laboral.

Confían, además, que con el cambio de semáforo de rojo a naranja a partir de este lunes les permitirá ampliar su capacidad de atención a sus clientes y tener una recuperación economía que evite que cierren sus puertas por la pandemia.