Después de las elecciones y de darse a conocer los resultados para los diversos cargos en la entidad, Armando Núñez Iragorri, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) delegación Morelos, dijo tener buenas expectativas y confianza en que los gobiernos entrantes en Morelos y Cuernavaca consideren a las empresas locales como prioridad en las obras que realicen durante su administración.
“Realmente tuvimos buen acercamiento en campaña con Margarita González Saravia que es la virtual ganadora a la gubernatura de Morelos, y ella nos ha buscado para armar el proyecto de infraestructura que necesita el estado”, expresó Armando Núñez Iragorri.
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Destacó que ven con buenos ojos y gratas expectativas a los candidatos electos, y esperando que se cumplan todos los compromisos que se han hecho, especialmente en las mesas de diálogo y trabajo durante las campañas, pues desde la CMIC están dispuestos a trabajar con ellos de la mano para beneficiar a Morelos y a la industria de la construcción en el ámbito local.
Y respecto a la presidencia municipal de Cuernavaca, donde nuevamente estará al frente José Luis Urióstegui, dijo que ya han trabajado anteriormente con él, y esperan persista esa buena relación laboral.
“Con José Luis Urióstegui venimos trabajando ya todo de hace tiempo, hemos formado parte de varios proyectos que se están haciendo en el municipio de Cuernavaca, hay mucha apertura con el arquitecto Demetrio Chavira, que es secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas de Cuernavaca, hemos tenido mucho contacto y participación, incluso cuando hay algún problema estamos ahí para ver la solución, siempre en la búsqueda de mejorar Cuernavaca”.
Núñez Iragorri agregó que espera que los candidatos electos realmente cumplan con sus compromisos, y realmente se volteé a ver a la industria de la construcción local, ya que en el gobierno estatal actual, y algunas administraciones anteriores, las oportunidades para los constructores locales fueron muy escasas, porque las licitaciones fueron entregadas a empresas de Ciudad de México y Puebla, dejando de lado a los empresarios morelenses, lo que genera pérdidas y la migración de trabajadores del ramo.