Además de la complicada situación económica que se padece a consecuencia de la pandemia sanitaria por el Covid-19, la Cámara Nacional del Comercio en Pequeño (Canacope) enfrenta una guerra sucia que estaría encabezando el expresidente de este organismo, Javier Rivera Romero, al estar llamando a los agremiados para convencerlos de que renuncien a él y se sumen a otra asociación o despacho contable, denunció el secretario general y vocero de esta cámara, José Salgado Patiño.
Explicó Salgado Patiño, que tras la renuncia de Javier Rivera a la presidencia de la cámara, el pasado 25 de noviembre en sesión de consejo, al darse cuenta que ya no contaba con el apoyo de la mayoría de consejeros para continuar en la dirigencia por su cuestionable desempeño y nulos resultados, convenció a las tres secretarias que laboraban ahí de renunciar para irse al parecer a trabajar con él.
Días después estas ex empleadas de la Canacope al tener el directorio de agremiados de la cámara comenzaron a llamarles cuestionandoles que porque seguían afiliados a la CANACOPE, "si la cámara no ha hecho nada por ustedes" y los invitan a mejor afiliarse al despacho contable de Rivera Romero o al parecer a alguna otra agrupación, insistió Salgado Patiño.
El vocero destacó que son sus mismos agremiados los que les han estado informando de las insistentes llamadas de las ex secretarias ahora al servicio de Javier Rivera y de lo que les dicen tratando de convencerlos de renunciar a la Canacope y de sumarse a la otra organización, pero resaltó José Salgado, "por fortuna tanto los agremiados como las autoridades municipales de los diferentes Ayuntamientos nos conocen de años, y saben que siempre hemos trabajado defendiendo honradamente los intereses los comerciantes y no tan fácil se dejan engatusar".
Sin embargo reconoció José Salgado que esta guerra sucia emprendida por el ex presidente, complica la situación económica por la que están atravesando, en esta organización, pues dijo que en lo que va del año a consecuencia de la crisis económica provocada por la contingencia sanitaria por lo menos un diez por ciento de los 300 afiliados, que serían 30, han cerrado su negocios de manera definitiva y otro más están en riesgo de hacerlo, ante la falta de ingresos suficientes para seguir subsistiendo.