Durante los últimos cinco años, los propietarios de cererías en la capital han visto mermados los ingresos por la disminución en la venta de veladoras, reconocen que se debe a la pérdida de las creencias religiosas y la economía de las familias capitalinas.
Samuel Hernández Durán, propietario de una de las cererías típicas del centro de Cuernavaca, compartió que este negocio ha trascendido por tres generaciones en su familia, comenzando hace 85 años por su abuelos, luego sus padres y tíos y actualmente, por él.
En los últimos cinco años las ventas han disminuido hasta 30 por ciento, también se debe al crecimiento del comercio informal que nos ha perjudicado y hasta estos días, el movimiento es lento a pesar de que ya comenzaron las festividades religiosas.
Aclaró que aún cuando los precios de los productos no tienen incrementos significativos cada año, a diferencia de hace 25, actualmente los adquiere cien por ciento más caros, ya que no son fabricantes.
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Indicó que en esta temporada, ofrece al publico 30 variedades de velas, pero las más vendidas son las que están elaboradas de parafina por ser de "buen material y económicas"; los precios van de tres, seis, siete y nueve pesos; los cirios 25 pesos y la caja con 10 velitas para posadas, cuestan 25 pesos.
Por último, Samuel Hernández invitó a la población a "no perder las tradiciones".