Desde hace casi ocho años, Javier Mendoza platica cada mañana con “Toro Blanco”, uno de sus mejores amigos que conoció a través de Habbo, una de las mayores plataformas de amigos virtuales del mundo.
Javier vive en la Ciudad de México y “Toro Blanco” en Puebla, pero la distancia no ha impedido que se conozcan a profundidad. De hecho, ha sido tan fuerte el vínculo que han creado que Javier intenta visitar a “Toro Blanco” dos veces al año.
Javier platica que llegó a esta comunidad tras la muerte de su hermano menor en 2014. La depresión y el miedo de salir “al mundo real” lo orillaron a refugiarse y conocer a una docena de amigos en la plataforma de Habbo.
“He hecho grandes amistades en esta red, fue un gran soporte para mí desde hace muchos años; en aquel entonces era un mundo que quería descubrir y donde me sentía seguro. Hoy lo sigo frecuentando, pero ya no a modo de terapia y solo por un par de horas al día”, compartió Javier, quien se conecta a Habbo antes de entrar a juntas y revisiones de proyectos en su despacho de diseño gráfico.
Los amigos virtuales y chats de Inteligencia Artificial (IA) se han vuelto cada vez más populares en los últimos años, debido al aumento de la tecnología y la penetración de internet en las vidas cotidianas de millones de personas.
De acuerdo con expertos, muchas personas encuentran en estos medios una forma de conexión y comunicación cuando les resulta difícil hacerlo en la vida real, por ello, el éxito de estas plataformas de amigos virtuales.
“Los amigos virtuales pueden ser una fuente de apoyo emocional y compañía para aquellos que se sienten solos o tienen dificultades para hacer amigos en persona”, señala Ramón Celis, especialista en informática.
A través de estas plataformas las personas interactúan entre sí, ya sea con mensajes de texto o voz, pero también con personajes creados en tercera dimensión por ellos mismos. Estas figuras son manejadas a través de la computadora o con lentes de realidad aumentada.
Entre las páginas más usadas para este tipo de convivencias destacan IMVU, Second Life, Meetup, Discord y grupos creados a través del foro de internet de Reddit.
Sin embargo, al ser una tecnología de “reciente creación” hay una serie de riesgos a los que los usuarios están expuestos, principalmente al robo de información e intrusión a equipos digitales personales.
AMIGOS VIRTUALES, PELIGRO PARA LA SALUD
Cuando se trata de amigos virtuales, no todos los riesgos son digitales. La semana pasada, la Agencia de Protección de Datos de Italia prohibió a la empresa estadounidense de chats con IA, Replika, reproducir los datos personales de sus usuarios en ese país, alegando peligros para menores y personas emocionalmente “frágiles”.
“Replika incumple la normativa europea sobre privacidad y procesamiento de datos personales de forma ilegal”, señaló el regulador italiano al lanzar la prohibición hacia la compañía americana, fundada en 2017 y de uso gratuito.
El caso de Replika no es el primero en su tipo, pues años atrás otros países han prohibido o regulado el desarrollo de programas y páginas con funcionamiento de Inteligencia Artificial.
Por ejemplo, en la Unión Europea, la nueva regulación de protección de datos personales (RGPD) requiere que los desarrolladores de software de IA proporcionen información y control a los usuarios sobre cómo se utilizan sus datos.
En China, el gobierno ha prohibido el uso de chats con esta tecnología también por supuestas preocupaciones sobre la seguridad nacional y privacidad de los datos personales.
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Sin embargo, hay países como Estados Unidos en donde no existe un control sobre este sector, de modo que los chats y desarrolladores de IA son libres de utilizar los datos personales de los usuarios, siempre y cuando proporcionen un aviso claro y obtengan el consentimiento de las personas.
“Uno de los mayores riesgos es la dependencia emocional. Las personas pueden desarrollar una relación virtual excesivamente cercana con un amigo virtual, lo que puede llevar a una pérdida de perspectiva y la exposición a comportamientos tóxicos o dañinos”, explica Citlali Durán, psicóloga por la UNAM.
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