La administración de Andrés Manuel López Obrador se ha distinguido, entre otras cosas, por el incremento anual al salario mínimo, que para este 2023 tuvo un aumento de 20 por ciento, mientras que las negociaciones para el 2024 ya comenzaron.
Actualmente, en México el salario mínimo de un trabajador por ocho horas diarias laboradas es de 312.41 pesos en la zona fronteriza y de 207.44 pesos en el resto del país.
Estos incrementos han beneficiado, por una parte, a la base trabajadora, pero los empresarios, sobre todo las micro y medianas empresas, han comenzado a sufrir los estragos de los ajustes salariales.
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial en Morelos, Antonio Sánchez Purón, está seguro de que los empresarios están a favor de que sus colaboradores obtengan más ingresos, “pero la realidad es que las ganancias que tienen los dueños no se prestan para pagar más. Esto tiene un impacto económico, en especial en las micro y pequeños empresarios”, afirma.
Al respecto, el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) delegación Morelos, Víctor Manuel Mendoza, asegura que ante esta situación los empresarios también buscan mejorar la productividad, mejorar la comunicación con sus empleados a fin de que puedan empatizar con la situación que vive la parte patronal.
“Se negocia la manera en la que puede mejorar la producción para que durante la jornada laboral exista más producto. En el caso de las ventas, también se busca la manera de ampliar el mercado para cumplir con las obligaciones que el mismo negocio demanda.
“Nos falta mucho en productividad, todo está en esto, no es necesario subir precios ni nada, solo es mejorar la coordinación con el equipo”, afirma.
El artículo 570 de la Ley Federal del Trabajo establece que los salarios se fijarán cada año y entrarán en vigencia a partir del primero de enero del año siguiente.
Cumplen a medias
Manuel Suárez tiene un negocio de refacciones para herramienta semiindustrial y profesional en Cuernavaca. Este año sus empleados recibieron un aumento salarial, pero les tuvo que bajar el porcentaje de comisión para hacer frente a los gastos de operación del mismo negocio, por lo que prácticamente los trabajadores no recibieron un aumento sustancial. “Ganan 5 mil 500, pero antes tenían una comisión de 10 por ciento, se la bajé a siete por ciento porque no sale”, afirma.
Dijo que, incluso, en abril de este año recurrió a créditos bancarios para poder pagar a proveedores ante las bajas ventas que presentó en los primeros meses del año.
No hay dinero que alcance
Octavio Mendoza trabaja en una empresa dedicada a la construcción en Jiutepec donde ofrece sus servicios de albañilería. Al mes, aproximadamente gana 9 mil pesos. Tiene tres hijos; uno de ellos es universitario. Su salario, dice, es insuficiente, no cubre todos los gastos de la casa, por lo que su esposa, Andrea, trabaja como recepcionista en una oficina.
Con el sueldo de ambos es como logran salir adelante. “Pues entre los dos nos va mejor; el año pasado ganaba como 8 mil 200 más o menos; poco a poco me suben el sueldo”.
Los marginados
La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) enumera 61 oficios y profesiones que año con año se ven beneficiados con el incremento salarial; sin embargo, hay quienes están fuera de esta lista y que, de acuerdo con el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), son los más afectados, pues sus sueldos se definen con respecto al salario mínimo vigente.
Los docentes son unos de los que no están dentro del tabulador. El líder del Sindicato de Trabajadores Administrativos de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Alberto Ortega Ojeda, asegura que en muchas ocasiones, para lograr mejores condiciones laborales, entre ellas, salarios dignos, recurren a la manifestación o incluso a las huelgas.
“No alcanza lo que ganamos por el aumento a la canasta básica; nos aumentan un porcentaje cada año, sin embargo, es menos que el aumento al salario mínimo que da el gobierno”.
El 2023 inició con una inflación de 7.94 por ciento; para octubre ya se encontraba en 4.26 por ciento, mientras que para la primera quincena de septiembre el Indice Nacional de Precios al Consumidor la ubicó en 4.44 por ciento.
Mario Cortés Montes, secretario general del Sindicato Independiente de Trabajadores Académicos de la UAEM, reconoce el esfuerzo del gobierno estatal y federal, pero, asegura, no es suficiente porque su sueldo no le hace frente a la realidad que viven.
“Si la inflación es del 8 por ciento, nos dan el 4 por ciento; si es del 5, nos aumentan 2 por ciento”, lamenta.
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