José Manuel Saldaña se levantó muy temprano este domingo. Tenía un compromiso claro: llegar a las 8:00 a la casilla en la que habría de emitir su voto. Se vistió, desarmó su silla de ruedas y salió de casa en su camioneta.
Dos décadas han sido suficientes para convertirse en un maestro del arme y desarme de las sillas de ruedas y ahora solo le toma un par de minutos estar dentro del carro a estar fuera, listo para moverse.
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“Yo vivo un México diferente al que muchos viven, y precisamente eso es lo que más me empuja a participar o a apoyar alguno de los proyectos de nación que proponen nuestras candidatas”, dice José Manuel, a quien sus amigos llaman doctor.
Cuando llegó a la casilla instalada fuera del balneario Agua Hedionda, en la colonia Otilio Montaño, en Cuautla, preguntó a un funcionario del INE qué debía hacer. La fila se extendía a los dos lados de la calle y, aunque Andrés, el joven, le dijo que ocupara uno de los primeros lugares, Saldaña, psicólogo de profesión, se fue al otro lado de la calle. No escuchó bien.
“¡Doctor, ¿por qué te vas hasta allá?!”, le gritó un amigo.
“Las personas en silla de ruedas no tienen que hacer fila”, dijo después Andrés y el psicólogo volvió al inicio de la fila.
“Creo que es una decisión importante, sobre todo porque es un derecho, así que hay que escoger bien a nuestros gobernantes. Esperemos que gane el más responsable, porque hubo mucha publicidad y ojalá que cumplan con lo que prometieron”, dice José Manuel.
Falta accesibilidad en elecciones
Aunque el trato de los funcionarios de casilla es siempre amable con los ciudadanos y lo es más con los adultos mayores y las personas con discapacidad, José Manuel Saldaña considera que las jornadas electorales todavía adolecen de aspectos que dificultan el derecho al voto para quienes se desplazan en silla de ruedas: en este caso, la pendiente de la calle en que se ubicó la casilla especial fue una de sus principales preocupaciones, por lo que tuvo que desplazarse con mucho cuidado.
“Muchos compañeros lo hacen ver fácil, pero sí es una pesadilla. Hay bajadas, subidas, y si no tienes un entrenamiento previo con tu silla de ruedas sales volando, incluso para pasar un tope. Puedes caerte”, dice.
Después de emitir su voto y presumir la tinta en su pulgar, Saldaña dice estar satisfecho de hacer valer su derecho y listo para pasar al siguiente episodio, especialmente tras una jornada electoral que calificó como estresante:
“Fue muy estresante, muy desgastante, y luego la gente te quería adoctrinar de por qué tenías que votar por su candidato, pero hay que respetar las condiciones de todos: si le vas a un equipo, si le vas a un candidato, si te gusta vivir en un lugar o en otro, todo eso hay que respetarlo. Cada cabeza es un mundo”.
Activismo social
A José Manuel Saldaña le amputaron la pierna derecha en 2006, dos años después del accidente. Casi dos décadas después, una serie de malas decisiones médicas lo llevaron a perder su otra pierna, en febrero de 2023.
“Toda esta situación me ha hecho ver primero lo que es una lesión medular, que es mi discapacidad más severa, y posteriormente las amputaciones. Así que el tema de la discapacidad lo vivo día a día, y no es fácil”, dice.
Su experiencia lo llevó a participar activamente en la Asociación para el Desarrollo Productivo (Adepac), que busca mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad de Cuautla y la región oriente del estado.