A fines de julio pasado las palabras del exmilitar estadounidense David Grusch revelando ante el Congreso que el gobierno de su país tenía en su poder naves extraterrestres y retos biológicos no humanos, le dieron la vuelta al mundo e hicieron replantear la pregunta repetida durante décadas: ¿en verdad existe vida en otros planetas? ¿Están entre nosotros?
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Las redes sociales se inundaron de videos sobre el tema, pero ¿hay una nueva perspectiva científica detrás de la tendencia? ¿Qué pasa en Tepoztlán y en los volcanes, lugares en los que residen algunas de las anécdotas de quienes afirman haber tenido un avistamiento?
Tepoztlán
El misterioso pueblo mágico de Tepoztlán ha sido durante mucho tiempo un centro de avistamientos de OVNIS y de leyendas milenarias. Entre montañas y secretos ancestrales, las historias sobre presencias extraterrestres se entrelazan con la rica historia cultural de la región.
Lya Gutiérrez, periodista e investigadora que ha profundizado en el tema desde finales del siglo pasado, recuerda con cariño sus conversaciones con Daniel Ruzo, un viajero peruano que buscó valles sagrados alrededor del mundo y quien reconoció en Tepoztlán un valle especial, al punto de decidir quedarse a vivir en Cuernavaca.
"Él viajaba constantemente, sobrevolaba, y describió una cultura montañosa que denominó El Tepozteco, que cambia de figura con el paso del sol", relata Gutiérrez.
Ruzo atribuía estas formaciones cambiantes a esculturas hechas por civilizaciones antiguas. Si bien sus teorías podrían haber sido descartadas como supercherías por muchos, la riqueza de su biblioteca, que eventualmente fue comprada por la Universidad de Berkeley, evidencia su seriedad y dedicación al estudio de estos fenómenos.
En relación con la cultura olmeca, la madre de todas las culturas mesoamericanas, Gutiérrez recuerda su misterioso origen y su avanzada tecnología, la cual, explica, sólo es comparable con civilizaciones como los egipcios, mayas y aztecas.
"Las expresiones detalladas en las cabezas olmecas son testamento de su avanzado arte y cultura", explica, reconociendo que las declaraciones del exmilitar norteamericano y el efecto que han tenido en el mundo en las últimas semanas representan la oportunidad de volver a estudiar el pasado mesoamericano desde una nueva perspectiva.
Popocatépetl e Iztaccíhuatl
Tras sus múltiples aventuras subiendo el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, montañas sobre las que se han tomado videos en los que aparecen luces de origen extraño, algunos de los cuales han sido incluso presentados en noticieros de los principales canales de televisión del país, Alfredo Cruz, pediatra intensivista y montañista morelense, aporta un enfoque más personal.
Relata su experiencia en el Iztaccíhuatl, donde fue testigo de fenómenos inexplicables. Desde esferas misteriosas hasta huellas trípodes en altitudes donde no existe vida animal, Cruz recuerda momentos que desafían la lógica:
"Una vez, subiendo, a unos cinco mil metros vimos huellitas que eran como trípodes, haz de cuenta que habían puesto unas canicas, eran pisadas, pero ¿qué animal pisa así? No lo hay. Son experiencias que no tienen una explicación lógica", relata el alpinista.
Un distractor
Emanuel Orozco, investigador en ciencias médicas adscrito al Instituto Nacional de Salud Pública, con sede en Morelos, plantea un contrapunto. Para él, el fenómeno OVNI se ha convertido en un distractor sensacionalista, una "cortina de humo" que desvía la atención de asuntos más urgentes y peligrosos en el mundo actual:
"Ese es un tema sensacionalista y que es una cortina de humo o caja china", opina el investigador, quien, lejos de considerar la mínima posibilidad de que una tecnología de origen no humano traiga consigo grandes beneficios para el desarrollo, prefiere hacer a un lado el tema: "Es un gran distractor que se ha usado en distintos momentos para desviar la atención", sentencia.
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Ante quienes lo han visitado o viven aquí, Tepoztlán es descrito como un punto energético y espiritual. En 2020 Roberto Palazuelos, actor y empresario mexicano, afirmó haber visto descender naves extraterrestres en el Cerro de la Luz, lugar donde, afirmó, existiría una base alienígena. Esta anécdota es solo una entre las muchas de los habitantes del pueblo que sostienen que los avistamientos de OVNIS son comunes entre los cerros.
¿Pero qué hace de Tepoztlán un imán para estos fenómenos?
Jesús Sedano, director del auditorio Illhuicalli, sugiere que el nombre del pueblo, que en náhuatl significa "lugar donde abunda el cobre", podría tener la respuesta. Aunque no hay minas de cobre en la zona, los cerros presentan materiales volcánicos y minerales que podrían actuar como atractivos para estas entidades. Sedano era un niño cuando fue testigo de un avistamiento:
"Venía de Amatlán de Quetzalcóatl para la cabecera del municipio y, de repente, vimos cómo un platillo volador empezó a descender y perderse entre los campos. Era septiembre y la milpa del maíz estaba en su esplendor".
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