Surtían abarrotes a toda la región oriente

Las Cuatro Naciones fue por mucho tiempo un centro de abasto de muchas tiendas de la zona e incluso de otros municipios cercanos a Cuautla

Óscar García | El Sol de Cuautla

  · martes 9 de mayo de 2023

Las Cuatro Naciones se encontraba en una contraesquina del Mercado Viejo, en el primer cuadro del centro histórico. / Cortesía | Antonio Rojas

Las Cuatro Naciones fue una tienda abarrotera de gran auge que surgió a finales de la década de los 40 en Cuautla. Este negocio, que años antes estableció en Ozumba, Estado de México, Dionisio Martínez, un español proveniente de Santander España, quien se convirtió en un importante abarrotero en la Heroica y la entidad vecina.

En Cuautla se estableció en una contraesquina del Mercado Viejo, en el primer cuadro del centro histórico.

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Al paso del tiempo el español traspasó el negocio a uno de sus empleados de mayor crecimiento en el ramo, Roberto Rojas Grau, quien junto a su hermano llegó procedente de un rancho en el estado de Michoacán.

Con Roberto, Las Cuatro Naciones se consolidó como la mejor oferta comercial de la zona, llegando a ser uno de los dos abarroteros más grandes de la región, abasteciendo de los productos que ofrecía a toda las tiendas pequeñas del oriente de la entidad.

Del rancho al comercio

“Mi papá llegó a los 17 años de un rancho en Michoacán a Ozumba para trabajar con don Dionisio en su abarrotera, que ya se llamaba Las Cuatro Naciones; ahí con el tiempo conoció a mi mamá, Aurora Ernestina Ortega Quiroz, se casó y nacimos todos los seis hermanos”, comentó Virginia Eréndira Rojas, una de las dos hijas que procreó el empresario abarrotero, quien falleció en mayo de 1992.

El origen del nombre Las Cuatro Naciones, según otro de sus hijos, Antonio Rojas, viene desde años atrás, de un negocio que existió en la Ciudad de México entre los años 20 y 30, cuyo propietario también de origen español e importaba productos de su país para la gente adinerada de la capital mexicana.

José Gutiérrez, un español radicado en Cuautla, tenía un molino de arroz enfrente del hoy Hotel Cuautla, y era familiar directo del propietario de Las Cuatro Naciones en la capital azteca.

Como empresario del ramo arrocero, don José le vendía arroz a Dionisio Martínez y no se duda que fue quien propuso el nombre Las Cuatro Naciones a su abarrotera.

El 12 de diciembre, un día tan significativo en la fe católica, del año 1948, don Dionisio decide instalarse en Cuautla para abrir Las Cuatro Naciones, rentándole al propio José Gutiérrez la propiedad donde funcionó el negocio por 37 años.

Para ello vendió la tienda de Ozumba a don Roberto, pues sabía que en Cuautla podría hacer más dinero debido a que en esta región de Morelos se tenía un mayor flujo comercial.

Después de casi una década y tras lograr sus objetivos económicos, nuevamente don Dionisio le ofrece la tienda de Cuautla a don Roberto, pues su intención era ya regresar a España a vivir sus últimos años. Rojas Grau aceptó y para ello traspasó la tienda de Ozumba a uno de sus compadres, Manuel Martínez, que continuó con el mismo giro comercial.

Las Cuatro Naciones en Cuautla

Se adquirió todo el mobiliario y la materia prima, ya que el local siempre fue rentado a su propietario, don José Gutiérrez que nunca quiso vender la propiedad, y al morir éste, sus herederos al poco tiempo pidieron el local y fue como llegó a su fin la famosa tienda Las Cuatro Naciones.

Antes del cierre, en 1980 don Roberto cedió la administración del negocio a su hijo menor, Antonio Rojas, quien, desde los 15 años, al salir de la secundaria, se dedicó de lleno al negocio ayudando a su padre, aprendiendo todo el movimiento de la tienda, desde envolver productos hasta hacer las largas cuentas a mano, según nos comenta.

“Me mantuve al frente hasta el 85, cuando nos pidieron los dueños el predio, por lo que tuve que cerrar y abrí en una propiedad que compró mi padre y que se usaba como bodega a un lado de la tienda, un local más pequeño solo para venta de mostrador llamado Ultramarinos de Morelos, el cual lo mantuve hasta 2008”.

Los años mozos del comercio

Las Cuatro Naciones se convirtió en uno de los máximos vendedores de productos de abarrotes de la región, en el cual también se incluía el alimento para ganado y la venta de toneladas de harina y azúcar diarias para los panaderos. Era una época en la que todavía no existían las tiendas de autoservicio, al menos en esta región; tampoco la Central de Abasto de Cuautla.

Por ello Las Cuatro Naciones fue un centro de distribución muy importante para toda la región oriente, llevando durante todos los día de la semana productos para abastecer a las tienditas de todos los pueblos de la zona.

El único competidor que llegó a tener fue la abarrotera de don José Mora Viadero, quien despechaba cuadras abajo sobre la céntrica avenida 2 de Mayo.

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Pero lejos de tener rivalidad, asegura Antonio Rojas, “las familias éramos grandes amigos, incluso si nos faltaba algo, a ellos o a nosotros, nos prestábamos la mercancía, así de diferentes eran aquellos tiempos, sin enviadas y sobre todo sin padecer los estragos de la delincuencia que existe ahora, nuestros camiones nunca fueron asaltados en el tiempo que funcionamos".

“El negocio creció mucho porque tenía mayoreo, medio mayoreo y mostrador; la tienda abría a las 8 de la mañana y cerraba a las 9 de la noche todos los días, y el reparto de mercancía era en cinco camiones de 10 toneladas”, comenta quien fue la mano derecha de don Roberto.

La importancia económica

Aquí se surtían todas las tiendas de la región, desde Axochiapan hasta Tepoztlán, todos los días salía una ruta con cargamento. Antes un vendedor levantaba los pedidos en todas las comunidades y se enviaba posterior en alguno de los cinco camiones que se tenían para entregar los productos.

Cada ruta tenía un promedio de 50 clientes, a la semana eran 350, más el reparto local que se hacía en Cuautla para otras 20 tiendas, eran cerca de 400 clientes los que se tenían que surtir a la semana.

Con todo este movimiento comercial, informó que la fuente de empleo generada por su padre en su tienda era muy grande; “llegamos a tener hasta 50 trabajadores, entre gente de oficina, de mostrador, macheteros, y choferes".

“Mi padre le dio trabajo a mucha gente, incluida de la misma familia, todos nuestros hermanos que fuimos seis, llegamos a ayudarle, aunque de todos solo yo me dediqué de lleno desde los 15 años”.

Para el año de 1970, “mi padre en Ozumba volvió a reabrir Las Cuatro Naciones allá, tienda que en esta ocasión se hizo cargo mi hermano mayor Roberto Rojas que todavía estudiaba, con el apoyo de un sobrino de nombre Emilio”.

En esa nueva etapa la tienda se mantuvo solo por 12 años hasta que cerró de forma definitiva.

“Y aquí en Cuautla cerramos en 1985 después de que mi padre me dejó al cargo en 1980, pero cerramos porque los dueños del predio nos pidieron el local que nunca nos quisieron vender”.

Las Cuatro Naciones fue un centro de distribución muy importante en la región oriente, llevando durante toda la semana productos para abastecer a las tienditas de los pueblos de la zona.



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