Cuautla es un lugar de sabores que van por zonas: hacia el norte, sobre la carretera México-Cuautla, puedes encontrar puestos y restaurantes de cecina y carnitas; en el centro, en sus tradicionales mercados, el aroma de la barbacoa es como un canto de sirenas; hacia el sur, en el mercado de la Torres Burgos, los caldos de gallina. Y hacia el poniente, entre sembradíos de caña, arroz y maíz, con algunas de las vistas más hermosas que ofrece Morelos, están las marisquerías que, en los últimos años, le han dado forma a la Ruta de la Mojarra.
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La Ruta de la Mojarra
La región de El Hospital, una de las más fértiles de Cuautla, es una región verde. En esta parte del estado los cultivos crecen gracias a la abundante disponibilidad de agua y al clima templado. Los campesinos se dedican, principalmente, al cultivo de caña de azúcar, maíz y arroz, aprovechando las generosas características del suelo y el entorno. Y entre estos cultivos, desde hace casi cuatro décadas, desde los tiempos del gobernador Lauro Ortega, están los estanques, uno tras otro, en los que crecen las mojarras que se sirven en los restaurantes de la zona.
“Tenemos un criadero de mojarras, una unidad piscícola que puso en marcha el gobernador Lauro Ortega hace bastantes años. En ese lugar, ahora, hay un restaurante, más otros que están diseminados en todo el pueblo, en la ruta que comunica a El Hospital con el poblado de Cocoyoc”, dice Genaro Torres, ayudante municipal de El Hospital.
En realidad, la ruta inicia en la carretera Cuautla – El Hospital, en el restaurante “Mi Ranchito”, del rancho Los Cortés. De acuerdo con Torres, la Ruta de la Mojarra está integrada por siete restaurantes, marisquerías y palapas que tienen varias cosas en común: están rodeados de naturaleza viva, de agua y paisajes dignos de fotografía, y la sana competencia por ofrecer el mejor sabor.
Mojarra zarandeada
Con 12 años de historia, el restaurante “Los Zarandeados” ha perfeccionado una de las recetas favoritas de la zona, una delicia que ofrece un pescado envuelto que se abre como las alas de una mariposa, bañado en una salsa especial, que es secreta, y cocinado en una plancha de aluminio, lo que le da un sabor y textura únicos. Gabriel Serrano, el encargado del lugar, me recibe sonriente. Es el tipo de persona que ama lo que hace.
Hace 20 años que esta zona empezó a darse a conocer por la producción de mojarra y empezaron a surgir varios restaurantes, como el nuestro. Ha sido una labor dura, pero nos mantenemos en el camino, trabajando
Gabriel Serrano
Desde 2022, el colapso del puente Xochimilcatzingo, reinaugurado en junio pasado, un cruce vital que permite acortar la distancia entre Cuautla y Yautepec, los restauranteros de la zona se han enfrentado al reto de recuperar a los clientes perdidos, porque, si bien el puente fue reconstruido y el cruce está abierto, muchos fueron los que se alejaron de la zona y no han regresado.
“La gente dejó de venir. Siempre va a haber retos en un restaurante, pero nos esforzamos por dar siempre la mejor atención”, dice Aarón, uno de los meseros del restaurante “Los Zarandeados”.
El paisaje de los estanques
Justo en la unidad piscícola, donde los estanques se extienden entre los cultivos de caña, está “El Potrero”, la palapa principal. Desde la creación de la unidad piscícola, este restaurante ha pasado de administración en administración entre los productores de la región, que se van turnando el hacerse cargo del lugar. La gente viene aquí a admirar el paisaje, alejarse del ajetreo cotidiano y disfrutar de las especialidades de la casa, como el zarandeado y la mojarra en barbacoa, con hojas de aguacate, adobo, nopales… Muy rica, al vapor.
“Aquí estamos rodeados de agua, incluso en la temporada de calor, así que es un lugar muy fresco. Mucha gente lo ve como un oasis, en el que todos se sienten contentos. Alguien comentaba que es como estar en la playa”, dice Verónica Serrano, la encargada del lugar
Nadie sabe a ciencia cierta cuántos estanques hay aquí. Son muchísimos. A toda hora, los trabajadores pescan las mojarras que luego son trasladadas hasta cada uno de los restaurantes: El Potrero, Los Zarandeados, Los Estanques, El Paraíso, La Cabaña del Tío y Cerro Viejo, por mencionar a los más conocidos. A toda hora, también, llegan los comensales buscando mojarras zarandeadas, al mojo de ajo, a la diabla, empapeladas, en barbacoa y todas las recetas que, aquí, parece que no terminan nunca.