Entre los pueblos morelenses a los que fácilmente podríamos ponerles el adjetivo “con encanto”, Ocuituco, en la región alta del estado, destaca por su clima, la calidez de su gente, su patrimonio arquitectónico y restaurantes que, por sí mismos, motivan a las personas de los pueblos vecinos a venir aquí para convivir en familia.
Cerca de los montes que adornan las faldas del volcán Popocatépetl, Ocuituco es un municipio que goza de un clima fresco casi durante todo el año. En verano, los días pasan entre lluvias y lloviznas en los que lo recomendable es abrigarse bien, los sábados los productores de la zona llegan al tianguis a vender aguacates, duraznos, peras y todo lo que se cultiva en los pueblos más altos, como Tetela del Volcán y Hueyapan.
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Exconvento de Santiago Apóstol
Edificado durante el siglo XVI, el exconvento agustino de Santiago Apóstol es, sin duda, el principal atractivo histórico de Ocuituco. De hecho, se trata del primer convento construido por esta orden en toda la Nueva España. Aunque el templo principal continúa cerrado, en espera de la conclusión de la restauración de los daños causados por el sismo del 19S, es posible apreciar conjunto conventual desde el exterior.
Tres años después del inicio de la construcción del convento, en 1541, los frailes abandonaron la obra debido a un conflicto con el obispo Juan de Zumárraga; en aquel entonces, los habitantes locales participaron en la construcción del edificio como una forma de evitar pagar la encomienda, mediante tributos, al obispo, quien más tarde criticó la obra por su tamaño monumental, lo que llevó a los frailes a abandonar el pueblo y trasladarse a Totolapan.
En realidad, la obra concluyó mucho tiempo después, y no fue sino hasta 1977 cuando se habilitó en su totalidad.
La fuente de los leones
Uno de los espacios más interesantes del exconvento es la fuente de los leones que se encuentre en el claustro. Llama la atención porque en Ocuituco nunca hubo leones, así que, cuando los pobladores recibieron la instrucción de tallar las figuras que les solicitaron los frailes, su mayor esfuerzo los llevó a crear figuras a las que la gente del pueblo ha llegado a referirse como ranas.
Un buen lugar para comer
Desde hace algunos años, la oferta gastronómica de Ocuituco ha crecido notablemente. Cuando la gente viene al pueblo no solo llega a admirar su exconvento, sus calles empedradas o sus viviendas de adobe, sino también para visitar algunos de los establecimientos que, en poco tiempo, han conquistado el gusto de locales y turistas, como La Chilaquería y, muy particularmente, el restaurante Cuexcomate, que ofrece mixología de altura, pizzas artesanales y un ambiente completamente familiar que se pone mejor por las noches, cuando la iluminación del lugar crea un ambiente satisfactoriamente cálido.
El restaurante, que se encuentra en la calle Reforma, en el centro del pueblo, abre de miércoles a sábado de las 15:00 a las 22:30 horas, y los domingos de las 9:30 a las 22:30.