“Es sólo un juego”, podrán decir quienes piensan que los videojuegos no deben tomarse en serio. No obstante, los últimos años le han demostrado al mundo que esta industria puede ofrecer mucho más que simple entretenimiento.
Por sí misma, su valor no deja de ir hacia arriba: en 2020, el mercado de los videojuegos en México alcanzó los 32 mil 229 millones de pesos, lo que representó un 4.4% más con respecto al año anterior, de acuerdo con datos de The Competitive Intelligence Unit.
Según la firma de consultoría estratégica, más de 72 millones de personas se consideran video jugadores en el país. Se trata del 57.4% de la población total. Entre ellos hay jugadores ocasionales, pero también jóvenes que ven un futuro en los esports, las competiciones de videojuegos profesionales, un ramo cada vez más especializado, en el que intervienen entrenadores, analistas, comentaristas (casters) e incluso psicólogos deportivos, como cualquier otro deporte.
“Yo me introduje en el mundo de los esports hace cinco años, cuando en mi universidad hicieron un torneo para que todas las universidades del país participaran. Entré como jugador y llegué a la final, pero nos ganó la autónoma de Nuevo León”, recuerda Gamaliel Callejas, jojutlense de 22 años que hoy no sólo sigue participando en competencias profesionales, sino que se ha convertido en caster especializado en League of Legends (LoL).
Los esports han crecido a pasos distintos en cada región del mundo. Mientras que en Asia y Europa hay equipos que cuentan con el patrocinio de marcas importantes, en México se trata de un sector más bien incipiente que intenta abrirse paso frente a toda adversidad.
El camino no es sencillo, pero, con el tiempo, puede sus recompensas. “Empecé a trabajar en equipos de Costa Rica, Colombia y Monterrey sin recibir alguna prestación económica. Yo casteaba, entraba y si tenía que pagar algún curso era por mi bolsa, hasta que en algún momento tienes cierto nivel que te permite subir a otro tipo de ligas, que son ya patrocinadas”, recuerda Gama.
El camino y sus recompensas
Entre los gamers mexicanos, el 11.6% ha competido en torneos en línea, mientras que el 8.4% ve canales de videojuegos a través de plataformas especializadas o redes sociales. Mientras tanto, el 15.4% ha sido espectador de torneos profesionales. No es, pues, un terreno en el que se movilicen decenas o cientos, sino millones.
Para destacar y aspirar al sueño de vivir de los esports hay que ser capaz de mucho. “Hace falta mucho apoyo para los jóvenes que tienen interés en desarrollarse en ese ámbito”, dice Leonardo Montes de Oca, de 23 años, en vísperas de iniciar las actividades del que será el primer equipo profesional de LoL en Morelos, “MX Wolves”, un proyecto que con el que él y otros 10 jóvenes sueñan con llegar a lo más alto.
El equipo “MX Wolves” estará conformado no sólo por los cinco jugadores con los que se juegan las partidas en LoL, sino por casters, un CEO, un community manager, un entrenador y analistas, además de moderadores para el canal de Twitch, la principal plataforma de difusión de los esports en todo el mundo, propiedad de Amazon.
Videjuegos: Sueños y realidad
Cada tarde, al terminar su jornada de trabajo como programador backend, Mauricio de Pallares enciende su set up, inicia LoL en su computadora y empieza a transmitir. Entonces no se llama Mauricio, sino Potro, y su canal en Twitch (ImPotro) tiene más de 2 mil seguidores. Desde Cuernavaca, Potro, de 25 años, se dedica a edificar un buen historial como caster y colaborar en torneos y ligas importantes.
“Hay muchos videojuegos que te motivan a crecer tanto con valores como con información, que te ayudan a desarrollar la perspicacia, la inteligencia, buscar diferentes formas para completar algo. Cuando son en línea, hay gente muy buena que puedes conocer, hacer amistad con personas que te pueden ayudar en muchas cosas, a pesar de encontrarse a miles de kilómetros de distancia”, dice.
Con todo y que los esports pueden mover grandes cantidades de dinero, llegar hasta ese nivel puede ser complicado. Al final, sólo los mejores de los mejores en todo el mundo acceden a esas recompensas, lo que ha llevado a otros jugadores morelenses a adentrarse a los esports con un guante de sueños y otro, del mismo peso, de realidad.
“He estado en equipos a nivel de toda Latinoamérica, en ligas contra jugadores del nivel más alto del juego, que sería Retador o Gran maestro, y siento que no sólo en Morelos o en México como tal, sino que hay muy poco de dónde sacar en toda Latinoamérica. Por mi parte, prefiero estudiar una carrera”, reconoce Emiliano Figueroa, jugador de 20 años y capitán del equipo “No s+e”, ganador del último torneo de LoL realizado por el Instituto Morelense de las Personas Adolescentes y Jóvenes (Impajoven).
Apoyo a la comunidad gamer
Desde 2019, el Impajoven ha organizado torneos de FIFA y LoL, brindándole a losjugadores morelenses un escenario para que puedan desarrollarse en el ámbito competitivo.
De acuerdo con Diego Alcázar, director del instituto, estos torneos han logrado convocar a más de 320 personas de varias partes del estado y buscan no sólo constituirse como un espacio y momento de convivencia, sino motivar a quienes se lo toman en serio.
“Decidimos trabajar con este sector de la población, jóvenes a quienes les interesan los videojuegos, ya sea como una actividad recreativa o incluso dedicarse a ellos a nivel profesional, con equipos competitivos que accedan a organizaciones internacionales, donde puedan obtener premios y renombre”, explicó.
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