Fue evidente: cuando WhatsApp y Facebook se derrumbaron sobre sí el pasado 4 de octubre, los usuarios migraron en tal magnitud hacia Telegram que el servicio también empezó a presentar fallas. Habitualmente, muy pocas personas utilizan esta red social lanzada en 2013 (cuatro años después que la adquirida por Mark Zuckerberg), cuyo uso parece reservado al ámbito profesional y empresarial.
Hacia enero de este año, específicamente cuando Whatsapp actualizó su política de privacidad, Telegram era un servicio de mensajería instantánea con 500 millones de usuarios activos al mes en todo el mundo, cifra que incrementó en 25 millones de nuevos usuarios procedentes de Asia, en su mayoría, pero también de Europa y América Latina.
Desde su origen, el servicio creado por los hermanos rusos Nikolái y Pável Dúrov se ha vendido al público como una opción comprometida con la seguridad de sus usuarios, pionera en ofrecer la posibilidad de enviar mensajes temporales, así como un cifrado íntegro. Con el tiempo, su interfaz también ha evolucionado.
Archivos más grandes
Además de poder colocar videos como foto de perfil, uno de los principales atractivos de Telegram es la capacidad de enviar archivos de mayor tamaño: mientras que WhatsApp se limita a enviar archivos de hasta 16 megabits (mb), Telegram ofrece envío ilimitado de archivos de hasta dos gigabytes (gb) cada uno, lo que supone una gran ventaja para las empresas de medios, así como estudiantes y profesionales que valoran el hecho de contar con un espectro mayor en términos de capacidad.
Borrar mensajes y chats
Sí, WhatsApp también introdujo esta característica a su servicio, pero sólo permite borrar mensajes después de transcurrida una hora y unos pocos minutos. En cambio, Telegram permite hacerlo sin importar el tiempo que pasó desde que enviaste el mensaje, sin el rastro que deja la leyenda “Eliminaste este mensaje”.
Pero el compromiso de la empresa va más allá: si uno evalúa que la conversación que sostendrá con alguien es en extremo privada, Telegram ofrece la característica de crear chats secretos que se autodestruyen en un tiempo fijado por el propio usuario, sobre los cuales no pueden realizarse capturas ni grabaciones de pantalla.
Una buena opción para millones de personas
Aunque el lugar que ocupa WhatsApp difícilmente le será arrebatado por Telegram, se trata de un servicio que ofrece muy buenas características, no sólo en términos de privacidad, sino también en áreas relacionadas con el almacenamiento (puede funcionar como un servicio en la nube personal), las herramientas de trabajo (puede crear bots que realicen funciones programadas) y otros temas.