Tuvo que pasar una década y media para que los mexicanos tuviéramos la oportunidad de probar el servicio de transmisión de música que ofrece Qobuz, una plataforma de origen francés que se especializa en el streaming de audio en alta resolución. Aunque en sus orígenes se especializaba en música clásica y jazz, actualmente dispone de más de 80 millones de pistas de todos los géneros, incluyendo banda y la música ranchera.
El servicio fue fundado en 2007 por Yves Riesel, un productor de conciertos y distribuidor musical francés, que además es director y cofundador del sello discográfico Abeille Musique, compañía especializada en música clásica y jazz, infantil y en documentos sonoros y literarios. Con esta carta de presentación, es comprensible que Qobuz haya nacido con el deseo no de eclipsar al resto de plataformas de streaming de audio, pero sí con la intención de ofrecer la mejor calidad posible y ganarse su propio puesto entre las opciones más adelantadas en términos de experiencia auditiva.
Es de destacar el esfuerzo de la compañía por garantizar que el audio sea el de la mejor calidad: en 2013, Qobuz recibió la certificación Hi-Res Audio, otorgada por la Japan Audio Society, la cual garantiza que sus flujos entregados cumplen con todos los criterios y estándares definidos por la organización.
Hace dos años, la plataforma dejó de transmitir audio en calidad MP3 (algo que Spotify, en pleno 2022, sigue haciendo sin que a muchos les preocupe) para centrarse en la transmisión sin pérdidas. No obstante, la empresa sigue ofreciendo el formato MP3 como una opción para ahorrar espacio en nuestros dispositivos, si bien todas las pistas están disponibles al menos en calidad CD (16 bits / 44.1 kHz) y en alta resolución a 24 bits y hasta 192 kHz
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¿Cuál es la diferencia?
Para los no audiófilos, entender las diferencias entre un formato de audio y otro puede ser complicado, pero la propia Quobuz explica cómo comprender las distintas calidades de forma sencilla:
“El sonido es una señal analógica que, al igual que una señal eléctrica, es una onda compleja compuesta de una o varias curvas sinusoidales. Una señal de audio digital es simplemente una representación de esa onda sonora analógica. Hay muchas maneras de digitalizar o muestrear esa onda original, con diferentes grados de precisión y fidelidad”, explica la compañía, que, además, dispone de una revista dedicada a la tecnología del sonido y contenido musical.