Cuando la ven llegar, niños y jóvenes abren un camino delante de ella. Es la estrella recién aparecida, con la que muchos querrán tomarse fotos. Ven su cabello rosa y el verde intenso de sus ojos y se preguntan cómo le hace para que luzcan así. Más tarde, ella me dirá que son pupilentes esclera, que el cabello es una peluca y que, después de todo, se trata de divertirse.
Liz es diseñadora gráfica e ilustradora, pero hoy es Mitsuri Kanroji, uno de los personajes principales del anime “Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba”. Cuando no es diseñadora gráfica, Liz es cosplayer y se convierte en sus personajes favoritos de las series japonesas que más le gustan. Al hacerlo, no sólo se da el gusto de vivir en carne propia la ilusión de encarnar a alguien más, sino que llega a contagiarle esa ilusión a quienes la rodean.
“Es diversión, y al fin y al cabo se trata de divertirse con la gente a la que también le gustan los personajes, la series…”, dice Liz antes de participar en la pasarela a la que fue invitada.
Nacida en Tabasco, Liz se inició en el cossplayer de manera casi improvisada, en un evento en el que tanto ella como sus amigos tenían que demostrar que eran fanáticos del anime. En esa ocasión se convirtió en Sakura Haruno, de “Naruto”.
“Al dar el salto de cosplayer fue porque unos amigos y yo empezamos a hacer eventos en Tabasco, de donde yo vengo, y para que vieran que éramos fanáticos nos vestimos de personajes. A mí me tocó de Sakura Haruno y me divertí mucho, pero ni siquiera conocía el personaje. En menos de un año leí el manga de Naruto, cómo iba, y me encantó Sakura, así que mejoré su personaje”, recuerda.
El término cosplay viene de las palabras inglesas “costume” y “play”. Interpretar disfrazado es una actividad en que las personas recurren a disfraces, accesorios y trajes para convertirse en un personaje ficticio, con la particularidad de actuar como ese personaje. La primera vez que esto ocurrió fue en los años 1970, en los Comic Market de Japón, donde los japoneses se vestían de sus personajes favoritos de mangas, animes, cómics y videojuegos.
“Primero te tiene que llamar la atención el personaje, no solamente si es popular o no, sino elegir a un personaje que te encante cómo es para querer hacer lo más fiel a él y, sobre todo, divertirte. Tiene que gustarte y poco a poco vas viendo lo de la peluca, las telas, dónde comprar los zapatos o quién te los puede hacer, etcétera. Poco a poco vas haciendo tu checklist de qué es lo que se necesita para el personaje”, explica Liz, que ha colaborado como ilustradora con algunos de los periódicos más importantes de su natal Tabasco y la Ciudad de México, donde reside actualmente.
El proceso para que un cossplayer logre caracterizarse del personaje electo puede ser tan simple y complicado como las características de éste. En algunos casos, puede durar meses, pero la recompensa siempre vale la pena. ¿O acaso alguna joven desperdiciaría la oportunidad de ser Sailor Moon por unas horas? Liz también ha sido ella. No con sus habilidades cósmicas, pero sí para la admiración de quienes la han visto caracterizada y se le han acercado para pedirle una foto.
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